Las empresas como entes funcionales, organizativos y necesarios para el sistema económico, están muy pendientes de la situación en la que nos encontramos, tanto por la ausencia coyuntural de gobierno, como del análisis estructural de los problemas esenciales, su adecuado diagnóstico, el establecimiento de objetivos priorizados y las propuestas que cada postulante del 26-J tenga. Entendiendo que las soluciones propuestas para ser exitosas han ser planteadas de forma debatida, acordada e implementada con un alto grado de consenso.

Las previsiones sobre los resultados electorales del próximo domingo parece que exigirán una sustantiva dosis de moderación y voluntad de acuerdos para poder responder a las demandas de los ciudadanos, teniendo en cuenta que además los gobernantes que han de salir de las urnas no han de gobernar para los suyos, sino para todos y por tanto es condición indispensable pensar que a través de la moderación de sus postulados habrán de permitir alcanzar acuerdos que a tenor de lo escuchado en campaña electoral parece que será un desafío importante.

Todos tenemos que arrimar el hombro para cualificar los objetivos que pretendemos, particularmente las necesidades de empleo que la economía española ya no solamente demanda para su propio y adecuado funcionamiento, sino también para la dignificación de las personas. Al fin y al cabo las personas, son sujetos activos de la maquinaria económica; somos productores, consumidores, ahorradores, pagadores de impuestos y todo esto si falla la renta que se obtienen por el trabajo desempeñado, provoca una anomalía total del sistema y por tanto cada vez que el trabajo es más precario, peor retribuido, el sistema económico es más anémico y por tanto carece de recursos para poder seguir funcionando de tal forma que tendremos dificultes para producir más bienes y servicios, obtener servicios públicos básicos como infraestructuras, sanidad, educación, pensiones y otros mecanismos de previsión social.

Estimo que todos los que se presentan a las elecciones pretenden mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, pero ninguno tiene todas las páginas del libro. El libro de la gobernanza moderna, como el que se refería Carl Sagan en su famoso libro Cosmos, tiene que estar redactado por todos y no solamente con soluciones parciales, dado que siempre quedará una parte de la "nave salvadora" sin saber cómo se hace que hará inviable su navegabilidad. Estimo que el eje vertebrador de lo que se avecina será la moderación adecuadamente combinada con la capacidad para el encuentro y abordaje técnico de los complejos problemas que tenemos por delante.

*Economista