Cada quien puede tener la opinión que mejor le parezca y nunca llueve a gusto de todos, como dice el refrán que puede aplicarse perfectamente a este asunto. Que el puerto ha transformado el litoral urbano, es cierto y que su actividad genera incomodidades, también, pero no puede despreciarse la realidad de que de él vivimos en gran parte, directa o indirectamente, los vecinos de este entorno y es en ahí donde se encuentra el nicho de ocupación más importante probablemente de la provincia salvando urbes como la de Vigo a la que, mira por donde, venimos ganando la batalla últimamente y se ponen "en las patas de atrás" con la rabia que les da. Y si es esa una realidad palmaria, ya es hora de que empecemos a ver al Puerto como "amigo", como cosa propia y a defender su creciente actividad reconociendo la importancia que tiene para nuestro desarrollo económico tras haber hecho los sacrificios que hemos hecho. Es hora de que nuestros políticos empiecen a ver esta realidad y dejen de lado bucolismos que en los tiempos que corren, que ya no llevan a ninguna parte, y aprovechar la corriente de creación de empleo, expresión con la que se llenan la boca muchas veces pero está por ver qué hacen para facilitar la creación de puestos de trabajo. Aquí lo que tenemos es un puerto, ¿o no?

Puerto de Marín (2)