El Banco de España advierte en su informe anual que para seguir avanzando en la recuperación de los niveles de actividad y empleo y mejorar las perspectivas de crecimiento hace falta afrontar "los retos aún pendientes", entre los que destaca la reducción del paro, la consolidación fiscal, el desapalancamiento privado, la moderación de la deuda exterior y la mejora de la productividad. A las puertas de unas elecciones, las recomendaciones firmadas por el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, suenan a deberes para el próximo Gobierno y han agitado la precampaña.

El Banco de España constata que el crecimiento del año pasado estuvo cimentado en un ajuste de precios y costes, en el saneamiento bancario, en el dinamismo de las exportaciones y en el aumento del consumo de los hogares. Pero añade que también se ha sustentado en aspectos de "naturaleza transitoria" que no dependen de la acción del Gobierno, como el descenso del precio del petróleo, la expansión monetaria del BCE o la depreciación del euro. Linde destaca que los análisis que maneja detectan "un agotamiento progresivo" de algunos de esos factores y que por ello urge abordar alguna de las reformas que el PP dejó pendiente.

En primer lugar destaca la necesidad de reducir el paro, cuyas tasas, del 21%, considera "socialmente inaceptables". Para ello señala que es imprescindible mantener y ampliar las ganancias competitivas alcanzadas estos años con un marco laboral que refuerce la flexibilidad interna y facilite la adecuación de los salarios a las condiciones de las empresas, una recomendación que desde los partidos de izquierdas y los sindicatos ha sido traducida como una nueva reforma laboral para facilitar despidos y bajadas de sueldos. Linde incluso platea una desprotección de los trabajadores fijos al destacar que "para corregir el fuerte incentivo que la actual regulación otorga a la contratación temporal, se hace necesario potenciar el atractivo de la contratación indefinida, evitando que su excesiva protección siga incentivando la temporalidad".

Junto con las recomendaciones laborales, Linde plantea, en el terreno fiscal, retomar la senda de corrección del desequilibrio con una combinación "más eficiente" de los ingresos y gastos públicos y una aplicación "estricta" de los mecanismos preventivos y coercitivos de la ley de Estabilidad Presupuestaria, que ha atado de manos a muchas administraciones. También destaca la necesidad de reducir el endeudamiento de empresas y familias y de apostar por una mejora de la productividad eliminando barreras al dinamismo de las empresas y fomentando su crecimiento y su modernización. Todo un programa económico en tiempos electorales.