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análisis

Un sueldo por ser suizo

Los helvéticos votan hoy en referéndum la renta universal

Los suizos deciden hoy en referéndum si quieren una paga vitalicia mínima de 2.500 euros al mes por el solo hecho de ser ciudadanos del país de las montañas y los lagos. Pese a la tentadora oferta, las encuestas indican que la propuesta, planteada por un ala del Partido Socialista y fuerzas minoritarias de la izquierda, será rechazada en las urnas.

El pasado 25 de mayo UGT y CC OO presentaron en el Congreso de los Diputados 700.000 firmas que respaldan la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que pide una renta mínima de 426 euros para los ciudadanos españoles sin recursos y en extrema pobreza. Es un subsidio para los necesitados, pero no una renta universal. Para alcanzar ese grado todos los residentes deben recibir una suma de dinero sin concesiones. Es un derecho de la ciudadanía que beneficia incluso a los que no quieren trabajar.

El Instituto de la Seguridad Social de Finlandia está estudiando un modelo de renta básica universal que , si finalmente se implanta, permitiría que cada ciudadano finés cobre entre 800 y 1.000 euros al mes por el simple hecho de serlo. Los primeros estudios plantean varias fórmulas, desde una renta universal "pura" a la implantación, como alternativa, de un impuesto negativo sobre la renta.

La propuesta que votarán hoy en referéndum los suizos es mucho más ambiciosa. Si un trabajador cobra menos de 2.500 euros -el sueldo medio en el país helvético ronda los 7.000 euros- el Estado le abonaría la diferencia y si está en paro -solo el 4,1% de los suizos lo está- o incluso no quiere trabajar recibiría los 2.500 euros al mes. Además, cada menor de edad obtendría 562 euros.

Los promotores de la propuesta, que lograron con holgura las 100.000 firmas que se necesitan para convocar el referéndum, la justifican alegando que la revolución digital y la robótica que está por llegar pueden suponer un duro golpe para la economía helvética y disparar las cifras de desempleo. Además argumentan que todos los suizos podrían elegir el trabajo que quieran y estimularía la formación, la creatividad, el voluntariado y las posibilidades de atender a los hijos y a las personas mayores y enfermas.

El Gobierno suizo se ha posicionado en contra de la medida, al considerar que "el experimento" podría ser peligroso para la imagen de Suiza como destino inversor y que la renta asegurada desanimaría a trabajar. Además, desde el partido más votado, la Unión Democrática de Centro, se ha destacado el "alto coste" que tendría para las arcas públicas, unos 187.000 millones de euros al año, el 35% del PIB del país. El dinero saldría principalmente de deducciones en la nómina de quienes más cobran y de la subida de impuestos. El rechazo a incrementar tributos (principalmente el IVA, que en Suiza tiene un máximo del 8%) y a pagarle a personas que no quieren trabajar ha inclinado la balanza en las encuestas hacia el no. Se cual sea el resultado, la tierra de los relojes se ha adelantado en el debate sobre la renta universal.

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