Cambio de capitanía pero no de rumbo en el Náutico de Vigo. Las riendas de la entidad serán llevadas ahora por Justo González Ballesta, que se ha marcado igual que su antecesora el objetivo de buscar soluciones con el Puerto. Viviana García, la presidenta saliente, ha luchado por lo mismo con uñas y dientes. No le flaquearon las piernas para ir puerta por puerta e impetrar soluciones para un club reflejo de las clases medias de la ciudad y esencia centenaria de la misma. El equilibro y superávit logrado pese a las deudas avalan el camino tomado por su directiva. El nuevo timonel del Náutico mantendrá el rumbo en la misma dirección que García, cuyo trabajo no dudó en calificar de "excelente". Como antes hizo ella, Ballesta llamará a las puertas de la Autoridad Portuaria, Zona Franca y Xunta en busca de la ayuda que le fue negada. Pues ya saben sus responsables, que todo el Náutico es una voz única. No se trata de hacer favores, ni ilegalidades, porque nada de eso piden. Se trata de demostrar voluntad política para ayudar a encontrar soluciones a un club enraizado como pocos en la sociedad viguesa. Es hora de retratarse.
