A estas alturas de la película está ya claro que las próximas elecciones irán otra vez de mucho blablablá y poca realidad. La realidad es un programa con poco gancho electoral, redactado en Bruselas, según el cual en España ha de haber nuevos recortes. A estas alturas de la película está ya muy claro también que lo que Bruselas dice hay que cumplirlo o sí o sí, y lo más que se admite son ciertas modulaciones, de lo cual ya se han enterado hasta en Grecia. Puesto que una parte grande del electorado ha acotado su nuevo espacio en oposición a los recortes, la única cuestión de fondo de la campaña es si los asumimos o nos enfrentamos a Bruselas, en cuyo caso hay que decir cómo. Algunos invocan a Varufakis, como nuevo icono político, pero cuando en su partido aterrizaron en la realidad, Varufakis tuvo que dejar la política de carne y hueso y dedicarse al diletantismo fashion.
