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Club Financiero: Alvariño se equivoca

Han pasado ya casi veinticinco años desde que José Manuel Fdez. Alvariño y yo presentamos en el teatro García Barbón un proyecto apasionante que con el nombre de Club Financiero Vigo -ahora Círculo de Empresarios de Galicia- tenía el propósito de integrar en una asociación de carácter transversal y privado al empresariado de Vigo, tal y como venían funcionando otras en Madrid o Barcelona. El objetivo era, fundamentalmente, que los empresarios de los distintos sectores se sintieran representados en un lobby que fuera capaz de trasladar a las Administraciones las propuestas, demandas y críticas de los empresarios gallegos.

Hoy, cuando veo la posición que Fdez. Alvariño ha tomado en este extraño contencioso con la asociación que creó, no puedo evitar recordar la pintura de Goya en la que Saturno devora a su hijo.

El Club Financiero de Vigo (CFV) se convirtió en pocos años en un foro de reflexión, encuentro, debate, formación y relaciones, por el que han pasado los personajes más relevantes del mundo de la política y la economía, expertos en diversas disciplinas, en el que se elaboraron y trasladaron cientos de propuestas a los distintos gobiernos nacionales, autonómicos y locales, sobre todos los temas que afectaban de un modo u otro a las empresas. Fue, además, el impulsor de la creación en España del "Grupo de Economía y Sociedad" en el que se integraron los Círculos de Economía de Barcelona, Madrid, Bilbao, Sevilla y Valencia. Y a todos esos encuentros nacionales llevó el nombre de Vigo y de Galicia con dignidad y, yo diría que con acierto y brillantez.

La crisis, que se llevó por delante tantas y tan importantes empresas integradas en el Círculo, también golpeó con fuerza a la entidad que, a pesar de todo, ha sabido salir adelante y recuperarse lentamente del daño causado, gracias a la abnegada y eficaz labor de su actual presidente Juan Güell, su Junta Directiva y el magnífico equipo de empleados de la entidad.

En definitiva y para resumir, hay dos accionistas -uno de Vigo y otro de Orense (Alvariño y Promotora Ifer)- que pretenden llevarse por delante, no sé con qué objetivo. el patrimonio físico, cultural y social de los otros 340 accionistas, entre los que se encuentran las empresas e instituciones más importantes de la región, como Citroën, Zona Franca, el Puerto o Unión Fenosa, etc. No es verdad que, como dicen, "La SA siempre ha ayudado a la asociación". Es, en todo caso inexacto, porque ambas son desde su fundación y a efectos prácticos lo mismo y pertenecen a los mismos.

Ignoro qué pretende Fdez. Alvariño con esta operación, aunque sí me consta el daño que con estas declaraciones está haciendo al club pero, probablemente y como le viene sucediendo últimamente, se está equivocando y de paso dañando su nombre y su reputación. Sobre las personas que le acompañan en el consejo me queda la duda de cuánto les importa la supervivencia de la asociación, aunque intuyo que, en algún caso, poco. Actuar atendiendo las órdenes y defendiendo los intereses, puramente especulativos de Promotora Ifer, no dice mucho en su favor.

Termino esta reflexión volviendo al principio. Cuando presentamos el proyecto en una entrevista que me hizo FARO DE VIGO afirmé que el CFV sería lo que los empresarios de Vigo y Galicia quisieran que fuera. Ahora, más que nunca, esa frase cobra todo el valor.

Aprecio a José Manuel, porque en el terreno personal siempre ha sido una persona valiente, amable y leal. Al igual que siempre aprecié a Don Salvador, su padre. Pero con ese afecto y desde la más firme convicción le digo que se está equivocando gravemente, que debe rectificar. Tiene una buena oportunidad de demostrar su generosidad y responsabilidad social y, de paso, hacer olvidar su tormentoso paso por la CEG. No hay por qué repetirlo.

*Exdirector y cofundador del CFV

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