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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El lujo

A día de hoy parece evidente que ningún gallego sensato -especie en su día abundante, pero que mengua cada vez más- puede dudar de que la presencia aquí de la factoría del Grupo PSA -la antigua y entrañable "Citroën"- resulta en cierto modo un lujo para el país entero. Por el empleo directo e indirecto que genera, por su efecto multiplicador en otros sectores, desde la industria auxiliar hasta el comercio y, en fin, por haber situado a Galicia en el mapa económico de Europa. Algunos lo discuten, pero aquí cabe el viejo refrán de que lo medible no es opinable, así que punto.

Se trae el asunto a colación no solo por el anuncio de la gran inversión que el grupo hará en Galicia y para sus nuevos modelos -varios cientos de millones de euros en un quinquenio- y sus efectos benéficos, sino por la evidente necesidad de que desde los gobiernos central y regional se haga todo lo necesario no ya para asegurar la inversión, algo que ya no parece en riesgo, pero sí para garantizarla sea cual fuere el resultado de las elecciones que han de venir. Se dice lo que precede porque se han oído -y leído- puntos de vista críticos desde la nueva izquierda emergente hacia la cesión de determinados aspectos urbanísticos, e incluso de uso de suelo público a la factoría viguesa. Ciertos iluminados, e iluminadas, siguen a estas alturas hablando de "colonialismo" en plena Europa comunitaria o de "sometimiento de los intereses gallegos" a los del capital extranjero. Y hay algo más grave aún: que esa miopía -que bien podría llamarse simplemente memez- es aceptada como verdad evangélica en sectores que, aunque solo fuese por experiencia vital, deberían tener ya pleno conocimiento de los efectos reales que los sistemas de economía que defienden han acabado siempre en ruina y, muchas veces, en conflictos y matanzas.

Ítem más. En tiempos de turbación como éstos -durante los cuales Teresa de Ávila recomendaba no hacer mudanzas- los esquemas que defienden esos "nuevos salvadores" no solo no son replicados, sino que parecen asumidos por otra izquierda, la socialista, que ha gobernado medio mundo, incluida España, no por radical sino por sensata.

En ese terreno sorprende la actitud de la presidenta -o lo que sea- de la gestora del PSOE gallego proponiendo alianzas con las Mareas, que profesan, incluso sin barnizarlas demasiado, aquellas viejas creencias. La señora Cancela, que viene a ser portavoz del ex secretario xeral Besteiro, pero no de su partido, aparece motivada más por el pánico a una derrota electoral sin precedentes que por los intereses generales de los gallegos. Váiche boa.

Y cabe aún, quizá, una reflexión breve. Si es extraña la actitud de la gestora socialista, más aún lo es el silencio de dirigentes de peso que saben que esa alianza sería una especie de certificado de defunción del llamado PSdeG. Pero quizá lo que les mueva sea otro objetivo. Habrá que esperar y ver. ¿Eh?

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