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Contar y tensar

ERC y la CUP se alían en lo fiscal contra Puigdemont

Junqueras presenta un proyecto de Presupuestos para este año que sabe que la CUP no piensa respaldar por ahora y, poniéndose la venda antes que la herida, dice que la prórroga de las cuentas vigentes no conllevará otro adelanto electoral en Cataluña. ¿Cómo que no? ¿Es que va a buscar el apoyo del PSC, renunciando al calendario secesionista?

La CUP marca distancias con el Gobierno de ERC y CDC porque se siente presa del pacto que Mas le legó a Puigdemont, y ya se barrunta que el Govern no va a dar el paso de romper con la metrópoli. Pero en lo tocante a cuentas y fiscalidad, las distancias son mucho mayores con el exalcalde de Gerona que con el vicepresidente y consejero de Economía.

ERC y los "cuperos" están de acuerdo en subir el tramo autonómico del IRPF a los contribuyentes que ganan más de 90.000 euros al año. De esa manera, argumentan, se podrá compensar la rebaja que quieren aplicar a los que ingresan menos de 17.000: 1,6 millones de catalanes que soportan tipos muy superiores a los de la media del resto de España.

La CUP ya ha advertido que su apoyo a las cuentas de 2016 peligra sin esa modificación. Junqueras apoya la jugada, pero Puigdemont no. ¿Y por qué, si de ello puede depender la supervivencia de todo el tinglado? Pues porque alguien le habrá soplado en la oreja que tras la subida de tipos de 2011 cerca de 7.000 altos contribuyentes catalanes se largaron a Madrid.

Entonces la recaudación se resintió sobremanera, y ahora es lógico pensar que ocurriría otro tanto. Y que, entre los fugados, además, no abundarían los votantes del partido anticapitalista ni tampoco los de ERC. Por eso les trae sin cuidado. O mejor: les conviene. A unos porque así laminan un poco más la hegemonía de CDC. Y a otros porque su sueño es empezar de cero, y a una república popular lo que le sobra son burgueses.

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