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OPINIÓN

Un trazado sinuoso y mortal

La variante de Marín es un vial peligroso como lo demuestra el número de accidentes que se vienen produciendo desde su inauguración en la totalidad de su tramo, en julio de 2012.

En sus dos primeros años se produjeron 24 accidentes con un total de 39 heridos; en 2015 hubo, al menos, ocho personas heridas y solo en el último mes y medio ha habido nueve siniestros, la mayor parte de ellos en salidas de vías.

El elevado número de accidentes contrasta con la baja densidad de tráfico que circula por esta vía, unos 6.500 coches al día, a excepción de los meses de verano con la salida a las playas. Su trazado sinuoso a lo largo de sus 13 kilómetros entre Pontevedra y Ardán hacen desistir a muchos conductores de circular por esta carretera. Como pasó con otras vías rápidas como la de O Salnés y el Corredor de O Morrazo, los usuarios comenzaron a exigir su desdoblamiento desde el primer momento ante su elevada siniestralidad.

Los datos hablan por si solos, muchos accidentes, demasiadas personas heridas y ya varios fallecidos, un coste demasiado alto a pagar en una carretera con apenas cuatro años de existencia.

Este vial construido para aliviar los atascos en el centro de Marín, y llamado a convertirse en el principal eje de conexión entre la capital y los pueblos de la comarca de O Morrazo, desgraciadamente es noticia casi a diario por sus graves accidentes.

Hablamos de una carretera mal diseñada, muy sinousa y con malos accesos y el hecho de que sea de reciente construcción deja en mal lugar a sus responsables, porque hay demasiada tragedia en su asfalto.

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