Ayer el Plan Estratéxico de Galicia 2015-2020 dio un nuevo paso con el debate de las propuestas de resolución formuladas por los diferentes partidos. Una lista amplia y diversa en la que aparecen ideas buenas y aprovechables y otras que lo son menos, por su vaguedad, su desenfoque, o por su mal encaje en un documento estratégico global.

En el momento de escribir estas líneas desconozco cuál ha sido la porosidad del gobierno a estas propuestas. Me gustaría que fuese elevada, por un motivo fundamental: necesitamos un plan de país, no de partido. Los grandes problemas y desafíos a los que se enfrenta nuestra economía van a exigir un esfuerzo continuado durante varias legislaturas. Por eso, si todos los partidos se ponen de acuerdo en el camino a tomar ganaremos mucho y avanzaremos de forma acumulativa. Algo que no hemos hecho hasta ahora, en general.

Vaya por delante que la Consellería de Facenda ha hecho un buen esfuerzo: se ha hablado con mucha gente y el documento final es, a mi juicio, el mejor plan estratégico en la historia de la autonomía, con un diagnóstico nada autocomplaciente. Las tres cosas que le faltan son una mayor clarificación sobre el orden de prioridades de los esfuerzos, un comité de evaluación y seguimiento independiente, y que el Parlamento no haya participado en mayor grado en su elaboración, a fin de que todas las fuerzas pudiesen sentirlo como algo propio. Se está a tiempo de resolver las tres cuestiones.

*Director de GEN (Universidade de Vigo)

@SantiagoLagoP