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Ceferino de Blas.

En las competiciones mundiales

Pocas ciudades, tres de ellas gallegas, disponen de medios para disputar las competiciones mundiales. A Coruña con Inditex, Santiago por la catedral, y Vigo con la pesca.

La estrella de Inditex, Zara, está en todas las ciudades importantes del mundo, con la excepción de Auckland, y sorprendentemente, de toda Nueva Zelanda. Compostela es conocida por ser final del Camino Xacobeo, que han transitado o esperan cubrir infinidad de personas de los cinco continentes.

Vigo forma en ese selecto grupo por la pesca, como una de las lonjas de referencia, y base de una poderosa flota.

Mantiene esa a posición desde hace décadas y no puede perderla, pese a la legislación, cada vez más desfavorable para una flota emigrante, y a la creciente competencia, sobre todo, de los países asiáticos.

Aunque portuariamente nunca llegue a jugar en las grandes divisiones, por condiciones demográficas y geoestratégicas, Vigo debe aspirar a ocupar un puesto preferente en las divisiones medias. Las ensoñaciones de quienes piensen que puede ser un Rotterdam son una quimera.

Pero como indicaba un reciente editorial de este periódico necesita ser, antes de nada, competitivo. Hoy, más que nunca, los negocios responden a la calidad, la rapidez y los servicios. Pero sobre todo los precios.

Y todos los puertos del mundo compiten por modernizarse (tecnificarse), agilizar las prestaciones y rebajar costes.

Es evidente que la ubicación, el volumen de población y la presencia de otros puertos medios (Leixoes, Coruña), restan posibilidades de tráficos a Vigo. Pero tiene un campo ilimitado en el tráfico de personas. Precisamente con una exitosa tradición.

En Vigo fue donde más pasajeros embarcaron hacia América en las décadas de las grandes emigraciones. Y desde hace un siglo es recalada de cruceros.

Como muy pocas ciudades -Nápoles, Sidney-, es de los puertos en los que los barcos atracan en pleno centro de la ciudad.

Todas las tripulaciones del mundo la conocen y tiene fama de vender ropa barata (La Piedra) y excelentes condiciones para comprar informática, en una competitiva firma del centro comercial A Laxe.

Pero Vigo no ha optimizado las posibilidades que le brindan los cruceros. Todas las excursiones llevan a los pasajeros fuera de la ciudad. No hay ninguna específica, por lo que, en la práctica, se cumple el peor pronóstico de las guías turísticas de que no merece la pena.

He aquí el plan de excursiones de la Compañía que más cruceros trae a Vigo: 1. Santiago de Compostela: arte, cultura y espiritualidad. 2. Paisajes y sabores de Galicia (Cambados, Vilanova de Arousa, Bodega de Agro Bazán). 3. Sugestiones medievales: Vigo y el antiguo pueblo de Baiona (Monte del Castro, Vigo panorámico, Baiona y parador de Baiona).

Las compañías prefieren las excursiones largas, porque es una de las fuentes de negocio, y cuanto más lejanas, mejor. Pero en las ciudades con atractivos culturales o naturales siempre se organizan excursiones locales. Y Vigo los tiene. Un buen recorrido podría ser la visita a la fortaleza del Castro, un paseo por Castrelos, con el conjunto del pazo, el jardín botánico y la iglesia románica, que está año cumple 800 años, la subida a A Guía con una vista panorámica de Cíes o un paseo por la lonja del pescado.

Muchos cruceristas no se mueven de la ciudad. Pero necesitan un servicio de información a pie de barco, que hoy no existe.

Vigo no puede competir con Civitavechia o Barcelona, donde atracan al tiempo hasta once cruceros, pero puede hacerlo en las divisiones medias con otros puertos. Debe pugnar por conseguir un incremento de barcos y ser base intermedia, y comienzo o final de trayecto.

Es un objetivo prioritario por el beneficio de la ciudad y de la comunidad, ya que como queda expuesto los pasajeros se reparten por Galicia durante los atraques.

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