Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La apuesta

A falta de que los hechos le den la razón -o se la quiten- la apuesta que ha hecho el presidente de la Xunta y del PPdeG para separar en la medida de lo posible partido y gobierno resulta acertada. No es la primera vez que los observadores señalan entre los defectos de quienes ganan unas elecciones y el poder, se ocupan después mucho más del ejecutivo que de la maquunaria que los llevó a él y las tareas y urgencias del primero se hacen a costa de la segunda, con daños directos. Probar otra cosa es inteligente.

A la vez, aunque sería un efecto colateral que no habría que exagerar conocida la afición del presidente a las sorpresas y el suspense, la decisón de llevar a la secretaría general a Miguel Tellado, que es también portavoz del partido,parece coherente. Y le resueve, al menos demomento, la cuestión del delfinato, porque a pesar de sus ascensos, no cuenta por ahora para sucesor en lo que don Alberto llama con cierto desprecio "TBOs periodísticos".

O sea, que a eso se le dice matar dos pájaros de un tiro, a pesar de que el viejo lema parezca inadecuado en situaciones así. Especialmente si se tiene en cuenta que los del PP van a pasar, antes de fin de año, por dos pruebas de supervivencia; una, las elecciones generales, podría, de perderse o no formar gobierno, provocar un terremoto interno; la otra, la de las autonómicas, porque quizá llegue a ser tan grave: sin Xunta volvería el fantasma de las divisiones y los motines, especialmente si a plazo se abriese la batalla po la sucesión de un Feijóo con más ganas de irse.

Dicho eso, y lejos de cualquier intención malévola, no semeja equivocado señalar que el PPdeG -reforzada en su congreso la imagen de unidad de un partido que no muestra aquí serias brechas pero que las tiene, si bien una parte de las visibles se generan al otro lado de Pedrafita- sale de Ourense mejor de lo que entró. Y eso debe preocupar a sus adversarios, que no han dejado pasar el tiempo para hablar de Bulgaria y acusara los populares de "antidemocráticos". Cáspita.

Lo cierto parece, aunque sea sólo una opinión personal, que ahora mismo el PPdeG parte con una ventaja estratégica que ya se verá si es definitiva pero que en primera impresión parece casi inenjugable. Con el PSOE roto al menos en dos pedazos, las Mareas buscando su propia identidad, Podemos sin sitio notable en Galicia y el BNG lleno de grietas -lo demás, aquí, aún no pasa de anécdota-, la tarea de lograr una mayoría absoluta no resulta muy difícil y eso lo sabe el señor Feijóo. A día de hoy su peligro principal es el exceso de confianza, pero esa resulta otra historia sobre la que habrá que volver.

¿No...?

Compartir el artículo

stats