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desde mi atalaya

Manuel Torres

Abandono y desidia

Marín todavía conserva algunas de aquellas edificaciones que caracterizan a las villas marineras, como casas de bajo y piso con balcón y escaleras, o aquellas otras de familias más acomodadas con bajo y dos pisos con su balcón y galería. Es cierto que en su mayoría están desfiguradas, pero podrían recuperarse devolviéndole a su fachada la primitiva fisonomía. Por ejemplo en la plaza de La Veiguiña, calle Real, Cantodarea, Banda del Río, etc. Su estado actual fue debido a que no se han protegido como se debieran, sucumbiendo a la piqueta del derribo o la transformación desafortunada. Sufrimos décadas de total abandono por nuestro patrimonio urbano, donde ganó el ladrillo, por la dejadez de las corporaciones que pensaban que todo lo antiguo debía modernizarse, por lo que solamente se dedicaron a derribar para levantar adefesios de cemento.

No se hizo nada, y lo que es peor que hoy se permite que casas de cierto valor histórico y arquitectónico, estén abandonadas y en estado de ruina, lo que transmite una sensación de desinterés y desprecio por aquellas construcciones. Así podemos ver que en el denominado casco histórico existen muchas construcciones que afean y degradan nuestro patrimonio urbano, al permitir que años y años, estén abandonadas y algunas en grave peligro de ruinas. No tenemos más que pasearnos por calles como Méndez Núñez, Veiguiña, Real, Serafín Tubio, Concepción Arenal, etc. donde existen casas totalmente abandonadas, sin que sus dueños hagan nada por mantenerlas para evitar esa sensación de ruina para propios y visitantes.

Un caso flagrante de abandono y desidia es la casa que hace esquina en la calle Méndez Núñez con A Roda, que es un bello ejemplo de la construcción de principios del siglo pasado, nos referimos a la casa, en el antiguo solar donde estuvo la de la familia Méndez Núñez, héroe de El Callao, que se encuentra en grave peligro de venirse abajo, por el abandono de sus dueños y la desidia de la corporación. Es una casa que en la zona en que se encuentra, es todo un escaparate para los visitantes y deja en muy mal lugar a nuestra villa y a sus dirigentes, por permitir este estado de abandono, con grave riesgo de que cualquier día pueda suceder una desgracia. No comprendemos como nadie mueva un dedo para obligar a sus propietarios a su mantenimiento. Recordar que aparte de su valor arquitectónico, tiene un valor histórico, pues en ella estuvo el Liceo Casino, Auxilio Social, la Pensión Adela, y en sus bajos el conocido comercio de electricidad J. Pais. Ahora para vergüenza de todos arruinada y abandonada, sin que nuestros dirigentes hagan nada por cambiar esta situación. ¿A que espera la corporación para tomar medidas? Porque lo que están haciendo parece una red, que acumulará más porquería y afeará todavía más. Los marinenses estamos esperando que se produzca porque es signo de abandono que nuestra villa no puede ni debe permitir.

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