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La paradoja Donald Trump

Pasan los meses y EEUU y el resto del mundo asisten atónitos al avance del multimillonario Donald Trump como posible candidato Republicano, ante las elecciones presidenciales de noviembre. ¿Cómo es posible que alguien con un lenguaje tan grosero y acentuados tics populistas pueda liderar la carrera para encabezar el partido de Abraham Lincoln? Probablemente, porque no es adecuado juzgar su ascenso a partir de ciertos clichés.

Por ejemplo, uno de los mitos de esta campaña es el de que Trump se nutre de una base descontenta de blancos trabajadores, empobrecidos con la globalización. Pero un estudio de los votantes de las primarias celebradas hasta ahora muestra que no es cierto: es decir, que los electores con mayor nivel educativo y de renta son una parte tan importante de su apoyo como aquellos con menor nivel formativo y de ingresos.

Otra paradoja: Trump es un hombre rico, sí? pero cuenta con un gran rechazo entre el establishment del partido Republicano. Por ejemplo, en las primarias de Nueva York venció con un claro 60%, pese a haberse gastado "solo" 67.000 dólares de su bolsillo (en cambio, sus rivales internos, Cruz y Kasich, recibieron cantidades cercanas al medio millón, en gran parte procedentes de los comités de apoyo del partido? y no les sirvió de nada).

En definitiva, aunque no es seguro que Trump obtenga la mayoría de delegados necesaria para lograr la nominación, la probable aspirante Demócrata, Hillary Clinton (que ahora aventajaría a Trump en 10 puntos), hará bien en no confiarse: ella sí es candidata del establishment y no sería de extrañar que el multimillonario obtuviera votos del candidato alternativo de los Demócratas, Bernie Sanders, que también recoge la ira de los contrarios a la élite de Washington y Wall Street. Otra paradoja, sí.

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