Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

OPINIÓN

Un doloroso engaño

La Xunta descarta construir el nuevo hospital de Monte Carrasco después de anunciar hace un lustro la colocación de la primera piedra del que iba a ser el hospital del siglo XXI.

Feijóo y su conselleiro de Sanidade, Vázquez Almuíña, reculan y optan ahora por ampliar Montecelo y mantener el vetusto Provincial. Se han tirado años sin inversiones en unas infraestructuras sanitarias deficientes para los 300.000 pacientes del área Norte, bajo el argumento de que Pontevedra necesitaba un hospital moderno, donde sus pacientes no tuvieran que desplazarse a Vigo o a Santiago.

Lo cierto es que la Xunta nunca tuvo dinero para afrontar la inversión del hospital de Monte Carrasco, y aún así Feijóo tuvo la desfachatez de presentar una maqueta, y anunciar la entrada en funcionamiento de este centro para 2014. A lo más que llegó fue a construir unos accesos.

Ahora Feijóo y la Xunta le dan la razón a aquellos a quienes se la negaron durante años y que apostaban por la ampliación de Montecelo. Los distintos conselleiros de Sanidade y el presidente del ejecutivo autonómico se tragan, sin rubor alguno, todos sus argumentos sobre la calidad asistencial.

Con esta decisión, la Xunta deja claro que un buen día se inventó un proyecto de hospital único en Monte Carrasco con la única finalidad de ganar votos y hacerse con la Alcaldía de Pontevedra. Y de paso ahorrarse mucho dinero en obras de mejora que necesitaba el Complejo Hospitalario y que le ha venido muy bien en época de crisis.

Con el anuncio de que se vuelve a la idea original de ampliar Montecelo, aquella por la el PP primero apostó, luego rechazó y a la que regresa ahora, pone de manifiestó una conducta desnortada impropia de un partido político serio, máxime cuando se repite la experiencia en escaso plazo de tiempo, recuérdese el caso de Ence. Más de lo mismo.

Ahora volverán los parches al CHOP con un hospital Provincia que cuenta con unas instalaciones propias del siglo XIX.

Para este viaje no hacía falta alforjas, que dice el refranero popular. No hay cosa peor para un político que mentir a sus ciudadanos. Todo ha sido un engaño para a base de promesas finalmente no hacer nada. Una conducta patética.

Compartir el artículo

stats