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El dinero no vale nada

De toda la vida los padres inculcan a sus hijos una buena costumbre que es ahorrar. Muchos recordamos la hucha de la caja de ahorros o de la primera libreta que te abrían como cliente, incluso al nacer. Esta es una buena práctica, claro que sí, es bueno que ahorremos ya que esto supone que no estamos endeudados y eso sí que es malo.

Ahora bien, ahorrar genera también algún problema, como el de disminuir el consumo ya que si se ahorra, el ahorrador no consume y claro la economía funciona mejor cuando más consumimos, sobre todo lo que producimos. Dicho esto, lo que quería enfatizar, no está tanto en el dilema consumir o no y por tanto ahorrar o no, sino cómo se compensa el esfuerzo del ahorro. En teoría la compensación básica adecuada se obtiene por una retribución que sea superior a la inflación, para de este modo mantener el poder adquisitivo del dinero ahorrado y dependiendo de las expectativas de cada uno, del riesgo que puede asumir y del período de tiempo que puede prescindir de utilizar lo ahorrado, se configura un perfil de ahorrador determinado. Su dinero es demandado en el mercado financiero por las múltiples alternativas tanto de colocación, riesgo, retribución y plazo que éste ofrece y por tanto el ahorro da sentido a lo pretendido por nuestros padres y permite acumular dinero que forma parte del patrimonio que todos deseamos tener, para en definitiva vivir tranquilos y mejor.

Tal como lo he descrito el mundo parece idílico y que todo casa. La perspicacia del lector ya le habrá hecho ver que la realidad va por otro lado. La depredación de lo ahorrado con sus nefastas consecuencias entre los confiados ahorradores ha llegado ahora a una aberración financiera alarmante. Se va diciendo poco a poco que el que ahorra no solamente debe percibir una retribución por prestar su dinero, sino que debe pagar a otros para que lo tengan en depósito. Vamos que el dinero no vale nada y por tanto los sacrificados ahorradores que en su gran mayoría han renunciado a consumir pensando que el ahorro le protegerá en el futuro, sobre todo si este viene mal, se quedan perplejos, sin saber qué hacer.

Hay muchos problemas que debemos resolver, pero sostener el ahorro es garantizar nuestro futuro y no todo puede pasar por la diarrea monetaria de inundar el sistema financiero con dinero a coste cero.

*Economista

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