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Una reforma con claroscuros

La sociedad francesa se movilizó de nuevo el pasado sábado de forma masiva contra la reforma laboral de François Hollande. El texto, que tiene por objetivo luchar contra una tasa de paro que supera el 10 % de la población activa, recuerda en algunos de sus puntos más polémicos la reforma que el Gobierno del PP aprobó en 2012 en España para tratar de reconducir una tasa que superaba -y sigue superando- el 20 %.

La española está siendo una reforma con claroscuros. Ha contribuido a mejorar la productividad -una de las grandes lacras de la economía nacional- pero también ha propiciado una alta temporalidad en los contratos y una caída de los salarios, además de facilitar los despidos.

Un reciente informe del BBVA Research abunda en las bondades del citado texto y las medidas que lo complementaron. El estudio de "Los efectos de la flexibilidad salarial sobre el crecimiento y el empleo" concluye que la reforma contribuyó a evitar la destrucción de cerca de 900.000 empleos. Según el servicio de estudios de la citada entidad financiera, España fue de los pocos países en los que la rigidez de salarios del mercado laboral provocaba que durante los primeros años de la crisis crecieran tanto el paro como los sueldos. Tan es así que mientras el primero subía un 13 %, los segundos lo hicieron un 5,9 %.

Esta tendencia empezó a cambiar a partir de 2012 con las nuevas medidas laborales. El BBVA Research considera que si las exigencias salariales de 2010 y 2011 se hubieran mantenido en los años posteriores se habrían perdido 910.000 puestos de trabajo hasta 2015 y la tasa de paro habría sido 5 puntos porcentuales superior a la actual, lo que implica que estaría por encima del 25 %. A largo plazo, la destrucción de empleo podría haber llegado a los 1,5 millones y la tasa de paro habría repuntado un 6,3 %.

El documento asegura también que si se hubiera introducido la posibilidad de rebajar salarios en el período 2008-2012, se habría evitado a largo plazo la destrucción de cerca de dos millones de empleos y la tasa de paro sería ahora del 12,9 %.

Pese a estos efectos positivos, el informe constata asimismo que la reforma no ha podido frenar los elevados niveles de paro y temporalidad, motivos por los cuales se "demandan nuevas actuaciones" y se recomienda reformar el sistema de contratación para incentivar el empleo indefinido.

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