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De vuelta y media

Cuando llegó la República

La proclamación en Pontevedra se realizó a media tarde del 14 de abril de 1931 por una alborozada manifestación que tomó el Ayuntamiento y la Diputación entre llamadas al orden y la calma

Hace 85 años por estas fechas, Pontevedra al igual que España estaba en estado de ebullición. Las espadas estaban en alto tras una vibrante campaña electoral. Solo faltaban cuarenta y ocho horas para la celebración de unos comicios municipales que variaron el rumbo de la historia y propiciaron la llegada de un nuevo régimen.

Aquella cita con las urnas no alteró en absoluto la apacible vida pontevedresa. El Viático a los enfermos de la parroquia de Santa María salió en procesión escoltado por el gremio de Mareantes a través de calles especialmente engalanadas. Los exploradores realizaron su habitual excursión dominical, aunque solo de mañana, por el entorno de la ciudad. El Eiriña se enfrentó al Coruña en su campo de Progreso en el campeonato de promoción. El Teatro Principal y el Ideal Cinema proyectaron, respectivamente, Olimpia y El primer amor. Y la faquir portuguesa Lilianita causó sensación con un número de enterramiento en un local de A Moureira.

El triunfo de la izquierda en el Ayuntamiento resultó inapelable. Republicanos, agraristas y socialistas, por este orden, lograron una amplia mayoría antimonárquica de 19-20 concejales sobre un total de 27 miembros de la nueva corporación.

El catedrático de Ciencias del Instituto, Bibiano Fernández Tafall (entonces sin Osorio en su apellido), fue el candidato más votado en esta ciudad. Solo tenía 28 años y una brillante carrera por delante. Por ese motivo enseguida se vislumbró como alcalde in péctore.

Sin embargo, el primer pontevedrés catapultado políticamente por el nuevo gobierno republicano fue Joaquín Poza Juncal, nombrado gobernador civil de Ourense. Antes de su marcha, la Asociación de la Prensa ofreció una comida de despedida a Poza, abogado y periodista.

La proclamación de la República en esta capital se produjo a media tarde del martes 14 de abril de 1931, una vez confirmado en Madrid el triunfo indiscutido de las candidaturas antimonárquicas. El bullicio fue considerable, pero no hubo ningún incidente grave. No obstante, la zozobra hizo mella en no pocas familias conservadoras y algunos hijos vieron llorar por primera vez a sus padres, un hecho que nunca olvidaron.

El germen de la declaración estuvo en el Centro Republicano. De allí partió una manifestación que tomó el Ayuntamiento primero y después la Diputación. Desde los balcones de ambos edificios, todos los oradores reclamaron serenidad y orden, un mensaje constante en los días siguientes.

A última hora de la noche de aquel histórico 14 de abril se confirmaron en el Gobierno Civil las designaciones provisionales del popular relojero Arturo Rey Juncal al frente del Ayuntamiento, por su condición de concejal electo de mayor edad, y del prestigioso médico Amancio Caamaño Cimadevila al frente de la Diputación en su condición de presidente del Círculo Republicano. Uno y otro asumieron al día siguiente sus respectivos cometidos en medio de un entusiasmo desbordante.

A partir de la jornada del miércoles 15, las adhesiones y las visitas a las autoridades provisionales fueron incesantes. Entre los más madrugadores estuvieron el claustro de profesores del Instituto y la tropa de los Exploradores, siempre fieles al sistema legalmente constituido: hoy a la República, igual que ayer a la Monarquía.

El gobernador civil saliente partió en tren hacia Madrid aquella misma mañana, tras entregar el mando de la provincia al presidente de la Audiencia. Por tanto, no esperó la llegada de su sucesor, Vicente Varela Radio, presidente del Círculo Republicano de Santiago y ligado a Pontevedra en su infancia.

Los republicanos pontevedreses vieron empañada su incesante alegría el viernes 17 con el fallecimiento de su presidente de honor, Enrique Zaratiegui, doctor en Filosofía y Letras, periodista y miembro del cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios.

Ese mismo día tuvo lugar la inauguración de la nueva casa de las Siervas de María. El párroco de San Bartolomé bendijo de la capilla y ofició la primera misa, seguida de otra por el alma de Ramón Peinador, un benefactor muy apreciado. Y los alumnos del Instituto, con su director Sobrino Buhigas al frente, realizaron una excursión a Santa Tecla. A su vuelta visitaron las instalaciones de FARO.

El escrutinio electoral verificado el jueves16 no vario nada. De modo que dejó el camino expedito para la toma de posesión de la nueva corporación municipal en la tarde del sábado 18. Tampoco entonces hubo ninguna sorpresa en la elección de alcalde y Bibiano Fernández Tafall resultó nominado por 23 votos a favor y 3 en blanco.

A cuenta de la proclamación de la República, el domingo 19 también fue jornada festiva en el Gran Hospital, la Caso Hospicio, el Asilo de Ancianos y la cárcel, que engalanaron todas sus dependencias con la bandera tricolor. La nueva Diputación acordó el servicio de una comida extraordinaria a enfermos, ingresados y recogidos, para festejar tamaño acontecimiento.

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