Una vez más al Puerto de Marín siempre le sobra gente que le ayude. Quien conozca cómo se gestiona un puerto, una empresa pública estatal, prestadora de servicios, sabe perfectamente de lo que estamos hablando. Es evidente que los que nos dedicamos a la gestión pública desde uno u otro partido podemos dar opinión, hacer balance de las cosas que pasan y alegrarnos o no porque conyunturas externas a la vida política influyan positivamente en nuestro entorno, ciudad, provincia o mejoras que redundan en riqueza para nuestro entorno, y preocuparnos, faltaría más, si suceden coyunturas contrarias.

Pero un caso aparte es el Puerto de Marín, los tráficos portuarios vienen o van dependiendo de muchos factores, en primer lugar y de manera esencial dependen de la empresa a la que pertenezca, bien de origen o bien como operador.

Que un tráfico venga o no a nuestro puerto depende fundamentalmente de ésto, en este caso concreto de una subasta pública donde se ofrecen unas condiciones y después de la apuesta privada está la gestión pública en ofrecer buenos servicios, buena operativa, atender bien a los clientes, prestar servicios de calidad y con prontitud, tener contratados servicios de amarre, desamarre, remolque, estiba y desestima que en ese nivel del que estamos hablando permita operar con celeridad y calidad al más alto nivel de rendimiento.

A éso se enfrenta el Puerto y todos los demás, la inversión pública en infraestructuras ha sido una apuesta constante, plasmada en los planes de empresas, aprobando inversiones públicas para que en el medio y largo plazo permitan recibir barcos de mayor calado, operar con terminales avanzadas y disponer a través ya de la inversión privada de la operativa necesaria.

Y al funcionar esto así, porqué se meten con el Puerto de Marín tantos y a la vez?, quizás sería mejor guardar prudencia, no ser demasiado optimista ya que nada o casi nada en las oportunidades de negocio dependen de la influencia política y sí es verdad que hacía tiempo que las buenas noticias, y ésta es una de ellas, no ocupaban tanta prensa sobre nuestro puerto.

Que nadie nos amargue el momento, porque al final, este mundo globalizado es muy pequeño, y debían todos alegrarse de que si a Marín le va bien, en el fondo a todos nos irá bien.

Está bien la competencia, pero las inversiones públicas, no exentas de dificultades se han hecho para ser utilizadas con su máximo rendimiento, y la apuesta que hemos hecho desde hace muchos años desde el Puerto iba por ahí.

Pido tranquilidad y dejar hacer al mundo empresarial, ellos al final son los que deciden y los demás desde donde estemos debemos facilitar las cosas y no poner ni zancadillas ni palos en las ruedas.

Como decía al principio, el Puerto de Marín siempre tiene quien le defienda. A trabajar y a continuar, que ya suelen sobrar condicionantes que nos suelen frenar, no contribuyamos a hacerlo.

*Alcaldesa de Marín