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Los refugiados del Val Miñor

Me escribe un amable lector para que le explique esa afirmación que sostuve el otro día sobre la existencia de una suerte de refugiados vigueses en el Val Miñor. Bueno, caro amigo, las palabras están para el juego y tampoco pretendía decir refugiado en suacepción común sino en el estético. Digamos que es una facción de vigueses que, aún teniendo como eje laboral la ciudad y en su alma ser de Vigode toda la vida, tienen disponibilidad para convertirse en refugiados pero en busca de la estética de la naturaleza, en espacios sometidos a otra autoridad municipal ajena a Caballero; en desplazados aunque voluntariamente; en transfronterizos porque no van más allá de los ayuntamientos colindantes; en emigrantes, pero no económicos ni políticos sino paisajísticos. Más claro, agua. Gentes de recto entender como Javier Luca de Tena, Paco Doblas, Tina Arbones, Joaquín Tapias, Marta Álvarez Barreras, Marta Fernández-Cervera, Jacobo o Carlos Fontán, Javier Barreras, Rafael Lorenzo Curbera, Tigó Fernández Gándara, Javier Gándara., José Enrique Pereira,Pitusa Montenegro, las García Senra sisters.. Ellos pasean en tiempo libre por Panxón y, como no es precisamente NewYork, siempre acaban encontrándose sea en La Mar Salada, en La Chabola... o por la noche en Catatina. ¡Son el famoso e internacional Clan del Val Miñor!

Gloria, la de los Campos

Está encantado Benigno Campos con su hermana, que inauguró exposición de acuarelas y acrílicos en la sala del Club Financiero de Vigo. Ahí tenéis la obra de Gloria Campos, que a lo mejor heredó el buen hacer pictórico de su padre Arnaldo Campos, delineante proyectista de Vulcano como Benigno y amante de la pintura en tiempo libre. Salen artistas en la familia Campos, porque si Benigno lo es en la cocina, y ella en la pintura, Marcos Campos, su sobrino, lo es en la música a lomos de la gaita y como director de esa banda de Vigo llamada Xarabal que prestigia nuestra ciudad.

El femenino trío del Calabizo

Hacía tiempo que no la veía y no me extraña porque anda de aquí para allá que no para. Hablo de Keila Pousa Arbones, a la que encontré exuberante de contento y es por el proyecto en que está metida: nada menos que la producción de chorizo de calabaza pero cien por cien vegetal ¿Chorizo de calabaza?, le dije sorprendido. Pues sí. Con Sofía Calvo como "inventora" y directora de producción, Edurne Sendra como directora técnica y Keila como directora comercial,en seis meses que lleva de vida la empresa Calabizo, que se radicó en Gondomar, ha tenido que cambiar de asentamiento para ampliar dada la demanda. Debo decir que fue un proyecto seleccionado en Via Vigo, esa aceleradora de empresas con base en Porto do Molle (Nigrán) participada por Xunta, Consorcio... Un equipo de viguesas emprendedoras que comparte ilusiones y también preocupacionespara introducir sus Ccalabizos, producto sano, elaborados de forma artesanal y con el mejor sabor. ¡Vaya!

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