En este ir y venir de la eterna polémica de que Celulosas sí, celulosas no, hemos podido oír, durante décadas, de todo. Vaya por delante que a un servidor le gustaría que esa fábrica no estuviese ahí por razones obvias, y no es la primera vez que así lo expreso siendo, como es, un sentimiento común compartido incluso por personas que trabajan en dicha industria. Lo que ocurre es que no estamos para tirar cohetes y tal como están las cosas, el mal menor es que continúe donde está, cumpliendo las mayores exigencias de respeto medioambiental, que eso es cosa que deben reclamar las autoridades de arriba a abajo sin pasarles ni un defecto ni ningún incumplimiento en ese sentido, y proporcionando empleo a los trabajadores que dependen de esa industria, que unos cuentan por miles y otros por docenas, en una discrepancia así de real pero insoportable. Es muy fácil manejar a las masas desde una posición cómoda de sueldo de funcionario o político sin que importe mucho o nada lo que pueda ocurrirles a los miles o docenas (según el cristal con que se mire) de trabajadores que tienen ahí su sustento. A menor mal?
