Ence ha puesto sus cartas sobre la mesa y anuncia la creación de cerca de medio millar de puestos de trabajo para la comarca de Pontevedra. A falta de conocer si la planta de biomasa finalmente se hará (la pastera se da un plazo de un mes para dar a conocer la decisión), se inicia una partida en la que hay mucho en juego.
Si Ence basa su apuesta en la inversión y en la creación de empleo, el Concello lo apuesta todo al valor paisajístico de la zona y al sector productivo del marisqueo. Así, pues la ciudadanía debe inclinarse o por la generación de riqueza en los tiempos de crisis que vivimos o como proyecta el Concello por la riqueza ambiental con la recuperación de la marisma de Lourizán y de la ría. En este complicado debate están los ciudadanos de la capital.
Lores dice que al Concello no se le compra. Bien está que el alcalde y el BNG mantengan sus principios y su apuesta en contra de la permanencia de Ence, como también lo está que muchos ciudadanos pongan en la balanza el empleo porque hay familias que carecen de ingresos y otras sufren al ver a sus hijos tener que emigrar en busca de trabajo. Recordar el dato: en el último lustro el censo de los pontevedreses que residen en el extranjero ha aumentado en un 20% y ya son más de 16.000 personas.
La cuestión está en saber en qué estaría convertida la zona de Lourizán si no estuviera la fábrica de Ence. Sería un paisaje idílico como nos cuentan los detractores de la pastera o la especulación a la que tanto nos han acostumbrado empresarios y políticos de este país a lo largo de las últimas décadas ya tendría convertido a estos terrenos en algo muy distinto al que nos aventuran. Viendo como está nuestra costa todo es posible, si bien el debate está ya en lo que nos deparará el futuro con esta nueva concesión.
Sea una cosa u otra, en Pontevedra se disputa una partida de altos vuelos con dos contendientes que tienen claro su juego, donde ninguno de los dos va de farol y donde la apuesta llegará al límite. ¡Hagan juego, señores!
Y quienes en los próximos días estarán de los nervios serán los vecinos, comerciantes, y conductores por los cambios de tráfico en la plaza de Barcelos. Cierto es que a primera vista no pinta mal dicho cambio, porque así se evita padecer a un buen número de vehículos dando vueltas y vueltas por la plaza en busca de un aparcamiento, antes de acabar metiéndolo en el parking. Todo lo que sea evitar la innecesaria saturación de vehículos resultará positivo.
Pero muchos se preguntan si realmente era necesario llevar a cabo semejante alteración en el diseño de esta plaza por el simple hecho de convertir a este lugar en el patio de recreo del colegio Barcelos. Y más como se ha hecho, sin diálogo previo con los residentes en la zona.
Lo que es indudable es que el tráfico en esta plaza necesitaba un buen retoque.
