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TRIBUNA LIBRE

Enemigos del lobo

Leí en días pasados con cierto pasmo y estupor la noticia referida al "avistamiento" de media docena de lobos en nuestra comarca dezana. Me entero en su periódico de que -con el concurso de un biólogo- se ha descubierto que eran perros domésticos. Resultaría desde luego anómalo el número de animales, su circulación por la vía pública de día, la presencia de lobeznos en pleno mes de marzo, etc.

Aún así, el colectivo de "enemigos del lobo" se puso en guardia y las redes sociales ardían con comentarios de todo tipo en contra de este animal. Es fácil acusar al lobo, sin más pruebas, de todos los daños ocasionados a la ganadería y es más fácil aún decir que su abundancia es exagerada, cuando no hay (por mucho que se diga lo contrario) ningún censo fiable del mismo en nuestra comunidad.

Es una especie que forma parte del patrimonio natural propiedad de millones de españoles, y por mandato constitucional debe ser cuidada y protegida por la Administración Pública. Que es también la encargada de hacerse cargo de los daños que ocasione (y de gestionar con dinero público las subvenciones a ganaderos y agricultores). Esa misma Administración que en Galicia acabamos de saber que se ha gastado en dietas de altos cargos casi 10 millones de euros de todos los contribuyentes y que pone trabas para cobrar indemnizaciones a quienes viven del campo.

Quizás debiéramos mirar cómo se gestiona la presencia del lobo en el "primer mundo" en lugar de pedir que se autoricen batidas de una especie de la que no sólo se desconocen sus efectivos, sino que (por lo que parece) la mayoría de los que se dedican a la caza son incapaces de diferenciar de un perro doméstico. Lo cual también me pone los pelos como escarpias, sabiendo que en temporada cinegética somos muchos miles de personas y perros los que vamos al monte por diversos motivos.

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