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Las Cuentas del Gran Capitán

A propósito del rescate del Álvaro Cunqueiro

El sábado pasado, en este periódico, Doña Elena Muñoz se refería a la propuesta de rescate para el Hospital Álvaro Cunqueiro como "Las Cuentas del Gran Capitán". Esa Proposición Non de Lei, que será defendida en el debate que empieza hoy por Xosé Manuel Beiras durante el pleno del Parlamento de Galicia, apuesta por resarcir a los socios inversores con todas las cantidades desembolsadas en la sociedad concesionaría, abonándoles incluso el interés simple del 2,5% previsto en el pliego de cláusulas administrativas.

Debo decirle a Doña Elena Muñoz que no son las cuentas del gran capitán: son las cuentas de la Sociedad Concesionaria Novo Hospital de Vigo SA, depositadas en el registro mercantil y auditadas por la prestigiosa Big Four Ernst&Young. En la página 5 de las cuentas relativas a 2014 figuran los epígrafes "Capital" con un saldo de 31.523.000,00 euros, "Deudas con empresas del grupo y asociadas a largo plazo", con un saldo de 38.004.303,87 y "Deudas con empresas del grupo y asociadas a corto plazo", con un saldo de 163.750,96 euros. Es decir, por todos los conceptos, los socios ha aportado 69.691.054,83 euros. El resto hasta los 400.000.000,00 que ha costado el capital lo han puesto los bancos, no los inversores. Luego esa cantidad no tiene que ser desembolsada. Si esos préstamos a la SCNHVSA están avalados por los socios, habrá que relevarles en el aval, subrogándose el Sergas, pero nunca desembolsando esos fondos. Doña Elena Muñoz, que es economista e interventora de Hacienda, debe saber que el valor de una sociedad es la diferencia entre el valor del activo y el valor del pasivo exigible. Luego la referencia al colapso de las cuentas públicas de la comunidad autónoma no viene al caso.

Por el contrario sí viene al caso el informe del Consello de Contas de Galicia de 2012, que alerta sobre el abuso en el financiamiento con la formula de Colaboración Público Privada sin transferencia de riesgos al empresario, advirtiendo que constituye "unha práctica de ocultamento contábel de débeda e déficit públicos, "trasladando a cárrega a orzamentos futuros" [?] en ningún caso debe ser o tratamento contábel o argumento definitivo sobre o que descanse a decisión".

En otras palabras, es el modelo de gestión y titularidad privada del hospital el que compromete la sostenibilidad de las cuentas públicas de Galicia, con pagos que suman 1.470 millones de euros, y no su rescate.

Pero aún es más: el modelo de gestión del hospital está agotado antes de nacer. Jefes de Servicio, 400 médicos, comité de empresa, sindicatos, asociaciones cívicas y partidos políticos han pedido ya su rescate y transformación en un hospital público. Sólo queda el Partido Popular, erre que erre, defendiendo a la concesionaria. Pero el experimento de quedar como el campeón de la austeridad y de la consolidación fiscal ha fracasado: un truco contable -lo dice el Consello de Contas no yo- animó a un experimento político sanitario con el mayor hospital de Galicia. Si el experimento hubiera sido ejecutado con gaseosa, como ordena la prudencia, otro gallo cantaría. Pero no ha sido así. Por consiguiente es necesario buscar una solución satisfactoria, asumible y mínimamente contenciosa. Ese el mérito de la propuesta de Xosé Manuel Beiras Torrado.

La concesionaria ya incurrió en incumplimientos que son causa de resolución culposa de la concesión. Efectivamente, el artículo 37.1 del contrato administrativo, en sus letras c), d) y e) establece como causas específicas de resolución los retrasos en inicio de las obras, comprobación del replanteo y retraso total o demora en el inicio de la prestación de los servicios. Con ser patentes esos incumplimientos, así como otros relativos a la incapacidad de financiarse sin asistencia de la Xunta, Xosé Manuel Beiras no propone una resolución culposa, que terminaría probablemente en un largo y costoso proceso contencioso administrativo. Y obligaría a la Hacienda gallega a soportar un IVA del 21% sobre los 400.000.000 del valor del hospital, que se ingresarían en la Hacienda del Estado: 84.000.000 euros, ¡más de lo invertido por los accionistas! No es ese el plan; no se trata de transmitir el hospital al Sergas. Él propone un lugar de encuentro, un lugar para el acuerdo, en el que los inversores no salgan perjudicados del rescate y acuerden su salida pactada del accionariado de la sociedad, que quedaría con un socio único: el Servicio Galego de Saúde, quien les compraría sus acciones y sus préstamos a la concesionaria.

De manera que se está ante un ejercicio responsable de la actividad política y de la búsqueda de consenso, primando la urgencia de la ciudadanía. Asegurar su demanda asistencial mediante el rescate público del hospital.

Esto, con franqueza, lo entiende cualquiera menos la Sra. Muñoz, quien ya se adelanta poniendo palos inexistentes en las ruedas del carro, antes aún de que la concesionaria se pronuncie al efecto.

Por último, no se olvide la Sra. Muñoz, que sobre la concesión del hospital penden dos espadas de Damocles: la primera, la denuncia de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública admitida a trámite por la Comisión Europea. No sea que al final Bruselas imponga condiciones aún más gravosas que esta reversión amistosa. La segunda, las elecciones autonómicas del próximo otoño: ¿se arriesgará el PP a perder la mayoría absoluta por el desafecto de la población asistencial de referencia del HAC, total para acabar viendo como otro gobierno rival rescata el hospital Álvaro Cunqueiro? ¿Es esa la sagacidad política de la Sra. Muñoz?

*Abogado de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública.

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