Resulta difícil hacerse a la idea de que ya no podamos contar con su presencia, con su consejo, con su permanente ejercicio del difícil arte y, sin duda, especial privilegio de acertar a dar a cada uno lo suyo.

Ha sido un magistrado excepcional, cumpliendo puntual y estrictamente su función y, a la vez, y de ello somos testigos, representándonos a sus compañeros durante más de cuatro décadas con la mayor dignidad y acierto como Decano de los Jueces de Vigo.

Pero, además, ha sido un maestro extraordinario. Un centenar de juristas que desempeñan o han desempeñado brillantemente sus cargos de Fiscales, Jueces, Secretarios, Notarios, Registradores? han contado para la preparación de sus oposiciones, pero, más, para su formación jurídica y humana, con la dirección, el ejemplo y las enseñanzas de este Juez que llegó a Vigo hacia 1960 y desde entonces ha permanecido entre nosotros entregado también a esta actividad docente, para la que se hallaba especialmente cualificado, sin desatender a su vocación judicial, que consideraba prioritaria y ha desempeñado ejemplarmente.

Julián San Segundo queda en nuestro recuerdo como un modelo de ciudadano coherente, riguroso cumplidor de sus obligaciones, exigente también consigo mismo, rasgos que le han hecho acreedor del respeto de todos, pero también del afecto y reconocimiento de quienes le conocíamos más de cerca y fuimos beneficiarios de su saber impartir justicia, de su conocimiento profundo del derecho, de su generosidad al permitirnos compartir su experiencia, de su afecto?

Descanse en Paz.

*Magistrado jubilado