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El parto del PSdeG

| "Una buena semana, sí señor". Con sonrisa de autosatisfacción puede despedir hoy la semana el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que ha completado la renovación del partido a nivel provincial con mínimas tensiones, las surgidas en Lugo por el enfrentamiento de Elena Candia y Raquel Arias, y por las dudas iniciales de Alfonso Rueda en Pontevedra. Mientras Feijóo tiene controlado el cotarro popular, y uno tras otro salen a escena a pedirle que opte a un tercer mandato, sus adversarios se vienen abajo antes de plantarle batalla en el campo electoral. Se lo están poniendo fácil los rivales al PPdeG para blindar la mayoría absoluta. El PSdeG, descabezado en año electoral y En Marea, con sus socios enfrentados ya sin disimulos en público. Si el año arrancó con pesimismo para los populares que veían en peligro la mayoría absoluta en Galicia, tras los comicios del 20-D, el devenir de los acontecimientos les devuelve al menos la esperanza. Repetir en San Caetano es algo menos difícil, solo dejando hacer a los contrincantes.

PSdeG y En Marea que debían estar centrados en debilitar al PPdeG de cara a las autonómicas si realmente quieren tener opciones de desbancar al actual inquilino de Monte Pío están demasiados preocupados en mantener su propia casa en pie, y ello permite al PP gallego coger oxígeno y encarar los comicios con mayor otpimismo. No olvidemos la gran baza de presidente de la Xunta, sólo él tiene la potestad de fijar la fecha de los comicios y puede pillar a sus contrincantes con el pie cambiado si adelanta la cita electoral. Imaginen que hay elecciones generales el 24-J, Feijóo tendría la excusa perfecta para anticipar la consulta gallega.

| El martirio del PSdeG. Mientras muchos gallegos preparan sus vacaciones de Semana Santa, en las filas socialistas han adelantado el vía crucis. El PSOE gallego vive una situación inaudita. En año electoral, se queda sin candidato, pero no a un concello, o a Diputación, se queda sin cabeza de cartel a la Xunta, y tienen que buscar otro. José Ramón Gómez Besteiro renunció ayer públicamente a la carrera por la presidencia de la Xunta, denunciando una cacería contra él, pero sin señalar culpables. Sostiene que sus imputaciones judiciales, en el caso Garañón y la operación Pulpo, no son casuales. Sus insinuaciones son graves, no son además la primera vez que las lanza, pero sí Besteiro denosta que la juez Pilar de Lara le impute "sin pruebas", según él, debería ser más cuidadoso con sus acusaciones disparadas al aire.

No sé cuánta razón tiene Besteiro en su velada denuncia, pero el PSdeG no puede buscar todos los culpables en el exterior. La candidatura del secretario xeral a la Xunta era imposible desde el pasado mes de julio, desde que la magistrada De Lara le imputó por primera vez. Conociendo su proceder, donde los imputados, ahora investigados, cargan con esta losa durante años, sabían que debían buscar un relevo. Confiaron en recusar a la juez, pero no lo lograron. Encomendaron todo su futuro a este carta, y no salió. Y mientras nadie pergeñó un plan B. No supieron reaccionar, y ahora les pilla el toro. Son como los alumnos que preparan el examen en la última noche, y además con pretensión de sacar matrícula. Ahora se lamentan, guardan silencio cuando se les pregunta por el plan B y se escudan en la tremenda "injusticia" que sufre el partido. Los socialistas pueden estar malgastando la oportunidad de regresar a la Xunta. En una tierra, donde el suelo electoral del PPdeG lo querría la izquierda como techo, no van a tener siempre a tiro San Caetano. La crisis económica y la corrupción les brindó una posibilidad, pero el éxito hay que ganarlo. Hay que poner algo de parte. La urgencia ahora es buscar candidato. El parto será difícil y a buen seguro prematuro.

| Riesgo de mortalidad infantil para En Marea. "Es muy difícil. Nació de un proceso muy abierto, con asambleas locales que solo tenían dos premisas: soberanía nacional e izquierda de ruptura. El contingente de ciudadanos que se incorporó es muy heterogéneo. Hay quien no cree en los partidos y otros procedemos de disciplinas partidarias. Estos últimos tenemos hábitos adquiridos, que además se contaminaron por los procesos de deterioro de esas fuerzas políticas. Eso hay que superarlo. Es un proceso con muchas contradicciones y problemas. Conseguimos salvar la fase más difícil de su infancia, pero ahora tenemos que hacer, por ejemplo, que se respeten nuestros principios éticos. Hay militantes que no lo hacen. Aparecen cosas en internet, agresiones verbales ... Tampoco puede ser que el proyecto común sea un mosaico de proyectos específicos ni que un grupo considere que su proyecto es el común". ¿Saben de quién es esta reflexión? De Xosé Manuel Beiras y data de noviembre de 2013. El líder de Anova hablaba de AGE, su alianza con Esquerda Unida, que un año antes había irrumpido en el Parlamento gallego. Pues bien el riesgo de "mortalidad infantil" que también apuntaba Beiras en esta entrevista en El País sigue estando presente. Ahora en En Marea. Esta semana estallaron en público las tensiones entre Podemos y Anova. Los segundos saben que si no quieren que los votos nacionalistas regresen al BNG deben acentuar el carácter nacionalista de En Marea y por ello hacen bandera del dere cho de la autodeterminación y quieren convertir En Marea en un partido para garantizarse grupo propio en Madrid si se repiten las elecciones. Y Podemos, con crisis en Madrid, Cataluña y otras autonomías, quiere atar en corto a sus socios gallegos. El éxito extraordinario del partido de Pablo Iglesias se debe en muy buena medida por haber sumado a su proyecto "las llamadas confluencias", pero en verdad son divergencias, porque es la diferencia lo que les dio el éxito, al captar para el partido morado electores que quizás no hubieran escogido su papeleta en esa urna.

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