Real como la vida misma y, lo más preocupante, sin solución a la vista. Los plenos del Concello de Ourense se han convertido en la tormenta perfecta de consumir hora. El del pasado viernes fueron 6, sin que los ciudadanos visualicen la resolución de problemas. Eso sí, el debate, por decirlo de alguna forma, salpicado con descalificaciones, referencias personales y algún incidente en el graderío por protestas, adornan unas sesiones que son un viacrucis de cruz deslomante. Y si el gobierno aguanta el chaparrón crítico, desde esa minoría y sin apoyos que le convierte en diana fácil, lo de la oposición es para que se lo miren. En el graderío de DO, la bandera es la abstención en mociones y las descalificaciones de Jácome al regidor. En el PSOE, la vida municipal empezó ayer, de los daños colaterales de cuando gobernaban, ni se acuerda, y el caso más palmario, la edil Ageitos. Lo suyo, alarmante. Y OUC, recibiendo de unos y otros. Un tormento, que diría la canción.