Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Daniel de la Sota, el más venerado

Daniel de la Sota Valdecilla fue el mejor presidente que tuvo la Diputación de Pontevedra (1924-30) en toda su historia. En justa reciprocidad, resultó el presidente más reconocido por la propia institución. No siempre ocurrió así; alguna vez se premió con cuestionable merecimiento.

Lo mejor de esa distinción fue que no se acordó como un tributo de despedida, circunstancia que prevaleció en casi todas las demás prerrogativas otorgadas. En su caso excepcional, la honra llegó nada menos que veinte años después.

De la Sota fue distinguido primero con el título de presidente honorario -caso único- en 1949 por su "labor de engrandecimiento de la administración local", si bien con una mención específica a la repoblación forestal.

Tres años después, otra corporación distinta le concedió por unanimidad una medalla de oro en 1952, con motivo de la celebración de las bodas de plata de la reforestación de la provincia, una de sus iniciativas más destacadas. Entonces se hizo extensivo el nombramiento de diputados honorarios a todos los integrantes de la primera corporación presidida por De la Sota en 1924.

Compartir el artículo

stats