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Imparable Trump

Después de su paseo triunfal del sábado en las primarias de Carolina del Sur, Donald Trump arrasó el martes en los caucus de Nevada -plaza con importante componente latino- y avanza imparable hacia la cita crucial del próximo martes. Ese día, el célebre Supermartes, los republicanos se medirán en trece estados, con 661 delegados en juego. Cifra enorme si se tiene en cuenta que la nominación se consigue en el partido del elefante con 1.237 y que Trump ya lleva 81 en la mochila. Si se cumplen los augurios de las encuestas, el magnate saldrá de esa jornada con una ventaja prácticamente insalvable por sus perseguidores, que ahora mismo ni siquiera le pisan los talones y son ya solo dos: el senador por Texas Ted Cruz (17 delegados) y el senador por Florida Marco Rubio (17 delegados).

El martes, casi la mitad de los votos de Nevada (45,9%) fueron para el defensor de la expulsión de once millones de inmigrantes. Un hombre que surgió por sorpresa el pasado junio, con andanadas a diestro y siniestro, y que desde entonces no ha hecho sino crecer. Es verdad que tuvo un decepcionante inicio de carrera, el pasado día 1 en los caucus de Iowa. Allí dio la impresión de que, fuera de los platós y de los actos multitudinarios en los que enardece a las bases republicanas, podía ser un coloso con los pies de barro. De hecho, fue superado por el senador texano Ted Cruz, quien hizo valer sus credenciales pías en un Estado ultrarreligioso y se alzó con el 27,65% del voto, reduciendo a Trump a un 24,31%. Pero desde entonces (New Hampshire, Carolina del Sur y ahora Nevada), el multimillonario cuenta sus victorias por auténticas goleadas. La más clamorosa de ellas, la conseguida anteayer en el Estado de las ruletas, las tragaperras y el matrimonio exprés.

Tal es el poderío que desprende Trump que, pese a la inquina que le prodiga un aparato republicano que lo juzga un intruso, algunos de los pesos pesados del Grand Old Party ya admiten en voz alta la posibilidad de que sea su candidato en las elecciones de noviembre. La voz más destacado ha sido la del líder de la mayoría republicana en la Cámara, el californiano Kevin McCarthy, quien el mismo martes ya afirmó: "La mayor ventaja es para Trump. Creo que hay más de un 50% de posibilidades de que él sea el nominado. Y creo que mucha gente también empieza a creerlo". El corolario de esta creencia es que el outsider Trump, sin dejar de representar el papel de emblema del descontento, está empezando a abandonar su condición de jugador por libre y a ser mirado de otro modo -a la fuerza ahorcan- por unos jerarcas republicanos que ya se ven, lo quieran o no, a su servicio.

Así las cosas, la batalla que libran Cruz y Rubio por aparecer como alternativa a Trump empieza a cobrar importancia decreciente. En Nevada fue Rubio quien se llevó el gato al agua, tal y como hacía presagiar su recuperación del pasado sábado tras el pinchazo de New Hampshire. Quedó segundo (23,9%), dos puntos y medio por delante de Cruz (21,4%). Pero la brecha con el magnate es tan grande que ni siquiera sumando sus votos (45,3%) lograrían Cruz y Rubio superar el 45,9% de Trump. El Supermartes tiene la palabra.

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