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Santiago Lago Peñas.

Responsabilidad política

Los resultados del 20-D enviaron un mensaje esencial: las formaciones políticas deben dialogar y pactar; para la investidura, pero también y sobre todo para gobernar. Dada la elevada fragmentación del Parlamento, lo anterior excluye las posiciones maximalistas. Centremos nuestra atención en la estrategia presupuestaria, aspecto central porque cuantifica y refleja la acción de gobierno.

Entre las rebajas fiscales y la reducción del gasto público del PP y la inaudita expansión del gasto y de la recaudación de Podemos, nos encontramos al PSOE y a Ciudadanos. Mas también lo que podría ser una estrategia fiscal razonable para la próxima legislatura.

En primer lugar, una reforma tributaria de verdad, que mejore la estructura del sistema, reduzca el fraude y la elusión fiscal, e incremente la recaudación sin elevar los tipos impositivos. En segundo lugar, incrementos de gasto controlados y selectivos, para reforzar lo que hoy atendemos peor (rentas sociales, ayudas a las familias) y las semillas del futuro (educación e innovación); pero también una revisión a fondo del gasto que ejecutamos hoy y las políticas que alimenta, para hacerlas más eficientes y razonables. En tercer lugar, consolidación fiscal. Más relevante que llegar al equilibrio presupuestario en un año u otro, lo es diseñar una estrategia que garantice la estabilidad presupuestaria en el largo plazo; es decir, que elimine de una vez por todas el déficit estructural de las finanzas públicas españolas.

Podemos perder el tiempo repitiendo unas elecciones que van a proporcionar unos resultados muy similares a los del 20-D. O podemos tener unos políticos que se remanguen, acepten lo que hay y concreten una agenda ilusionante para los próximos cuatro años.

*Director de GEN (Universidade de Vigo)

@SantiagoLagoP

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