Que el aeropuerto de Oporto pasara de 3,1 millones de viajeros en 2005 a más de 8,1 el año pasado no es un milagro. Los contratos de promoción turística con aerolíneas, ayudas, subvenciones o "incentivos", como les llaman en Portugal, han tenido mucho que ver. Al igual que tuvo la falta de promoción de Peinador por parte de los sucesivos Gobiernos gallegos para frenar a los miles de vigueses que se vieron obligados a ir a Sá Carneiro y que no supieron ver -o no quisieron- que Peinador cumplía todos los requisitos por su ubicación central para convertirse en el gran aeropuerto de la Eurorregión.

Los programas Initiative.pt del Ejecutivo luso contemplan pagos de hasta 550.000 euros por cada nueva ruta que abren las compañías en los aeropuertos portugueses. Pero además, conceden entre 2,7 y 6,8 euros por viajero transportado. Aunque el modus operandi es diferente al de Galicia, donde se acuerda un apoyo fijo independientemente del número de viajeros que se transporten, las ayudas no dejan de ser similares. El mismo milagro que consiguió Oporto, lo logró también Lavacolla gracias a los mayores apoyos a aerolíneas que recibió por parte de los Gobierno autonómicos.

Solo los dos últimos planes lanzados por el Ejecutivo luso (2007-2012 y 2013-2015) suman más de 30 millones de euros. Con ellos Sá Carneiro se ha disparado hasta los 8,1 millones de viajeros, de los que casi un millón son ya del área de Vigo.