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La Habana se apunta varios triunfos internacionales

El encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca de Moscú y de Rusia en La Habana para iniciar un diálogo favorable a poner fin al cisma milenario que divide a la cristiandad, revela también el éxito de una acelerada política exterior iniciada por Raúl Castro desde el reinicio de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.

Recientemente La Habana se ha apuntado varios triunfos internacionales a su favor. En primer lugar esa apertura al entendimiento entre los gobiernos cubano y norteamericano, al tiempo que se garantizaba la posición de mediador y garante de las conversaciones de paz entre gobierno colombiano y las FARC. Sin descontar la discreción de su política con respecto a los cambios que se han producido en Argentina y Venezuela, países hasta hace poco beneficiados por la retorica castrista.

Únase a todo ello el acelerado acercamiento a gobernantes y potenciales inversionistas occidentales. La visita a La Habana de Françoise Hollande y la disposición del gobierno cubano para encontrar un entendimiento con Bruselas son una buena muestra de una voluntad de cambio de su habitual política exterior y de previsibles reformas económicas.

Al éxito de estos renovadores movimientos se añade ahora la obtención de esta suerte de bendición recibida de manos de dos de las autoridades máximas de la cristiandad. En palabras del Papa Francisco, La Habana "será la capital de la unidad". Y la propia declaración de La Habana firmada por ambos líderes religiosos se reconoce a Cuba como "la encrucijada entre Norte y Sur, Este y Oeste", al tiempo que se precisa : "desde esta isla un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo, y de los dramáticos acontecimientos de la historia en el siglo XX". De un plumazo quedan borradas la crisis de los misiles y el apoyo a la desestabilizadora guerrilla continental.

El inteligente giro de Raúl Castro en su política internacional y el patrocinio que ha sabido ganarse, sin duda serán útiles para las decisiones de mayor alcance nacional que pronto habrán de tomarse. El VII Congreso del Partido Comunista de Cuba tendrá que afrontar el relevo de Raúl Castro, la designación de sus sucesores y la confirmación de sus reformas internas. Una tarea nada fácil en el seno de las distintas corrientes instaladas en el partido.

Pero Raúl está sabiendo jugar sus cartas. Ahora, al situar La Habana entre las celebres ciudades que han debatido el destino del cristianismo - Nicea, Constantinopla, Trento?, se ha ganado un nuevo padrinazgo. Se ha apuntado un nuevo éxito.

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