UNO
El concello hace bien, a mi entender, en tratar de controlar la proliferación de palomas y gaviotas. Ya sabemos que hay gente a las que no les gustan estas decisiones pero a otros muchos no nos disgusta la medida porque palomas y gaviotas, al margen de connotaciones poéticas, se convierten en una auténtica plaga y, en el caso de las marinas, en un peligro. Las palomas proliferan sin orden ni control, convierten toldos, fachadas, ventanas y aceras en auténticos basureros y quien niegue esto, niega la evidencia que puede constatarse con solo pasear por donde pululan. Las gaviotas que se han acostumbrado a buscar el sustento fuera de su medio natural, se convierten, a su vez, en un peligro para quienes se creen, hasta que comprueban la realidad, que tener un nidito de estas aves en su balcón, es una maravilla porque, si uno se asoma y ellas se creen en peligro, puede acabar mal parado y negar ambas realidades es, también, negar la evidencia. Respecto a las palomas se han tomado medidas en numerosos lugares donde con el aumento de su población han estropeado monumentos importantes y hasta hay quien dice que son transmisoras de enfermedades. De las gaviotas no hay más que cómo se lanzan sobre los pinchos de los bares rompiendo la loza. ¡Muy bonito!
Cabalgatas y carnavales
