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La semana de A Ferrería

Montecelo, una década perdida

Resulta difícil de entender y justificar la forma de actuar de nuestros políticos. Pontevedra lleva casi una década perdida en la mejora de sus infraestructuras sanitarias y todo porque el sentido común dejó paso a la ocurrencia del político de turno, y sobre todo porque los intereses de partido se antepusieron al interés ciudadano. La política y el servicio público no parecen ir de la mano, y para ejemplo el proyecto de hospital único en Monte Carrasco.

Es intolerable que el gobierno de Feijóo lleve desde 2009 prometiendo un hospital nuevo, que ofrezca la fecha de 2011 como la de la colocación de la primera piedra; que anuncie a bombo y platillo su entrada en funcionamiento para 2014, y que haga los accesos a Monte Carrasco, para después de todo esto, llegados a 2016 no tengamos absolutamente nada. Estos días el conselleiro de Sanidade se reúne con las partes implicadas y estudia una salida airosa para el PP y la Xunta que ha sido incapaz de llevar a cabo la obra. Se antoja difícil. Se trata de dar la razón a aquellos a quienes se la negaron durante años y que apostaron por Montecelo.

Después de todo lo andado nos encontramos en el mismo punto que en el año 2000. Y ahora hay que preguntarse quién asume la responsabilidad. Falta que la Xunta haga oficial este cambio de posición con respecto al hospital único, pero la estrategia ya la ha iniciado y conociendo cómo ha actuado el PP en el caso Ence, es fácil deducir que está marcando las pautas para anunciar, más bien pronto que tarde y más con una elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, que el nuevo hospital, que ya debería estar en pleno funcionamiento, quede para el recuerdo. Intentan ganar tiempo para no hacer nada. Esto significa que la infraestructura sanitaria pública en Pontevedra seguirá disgregada en dos edificios alejados varios quilómetros entre si, el Provincial con unas instalaciones decimonónicas, y Montecelo.

La ampliación de este último centro había sido aprobada por el gobierno del bipartito que presidía Touriño en 2007. Por aquel entonces el Sergas anunció una inversión de 100 millones de euros que se sumarían a los 60 invertidos en años anteriores. Su licitación se fijó para 2008. El cambio de gobierno en la Xunta y otra de las ideas de Telmo Martín llevaron al gobierno de Feijóo a apostar por la construcción del hospital de Monte Carrasco. A partir de ahí, mucho debate y demasiadas promesas, pero con una nula inversión en infraestructura sanitaria.

A Pontevedra acudieron todos, desde Feijóo a la conselleira Pilar Farjas para presentar un proyecto que suponía una inversión de 229 millones de euros para un centro que estaría dotado con 720 camas, en su mayor parte individuales, y con todos los servicios y especialidades. Siete años después aquí estamos, con un Complejo Hospitalario saturado y envejecido.

¿Qué han hecho en estos años? Pues construir una autovía en Marcón para el acceso a un nuevo hospital inexistente y culparse Xunta y Concello de que las obras no empezaran.

¿Que sensación nos queda a los pontevedreses? Pues la de que nos han tomado el pelo todos estos años. A los 300.000 potenciales usuarios del área norte de la provincia no les queda otra que seguir demandando mejoras sanitarias para no tener que desplazarse a Vigo o a Santiago y seguir protestando porque les quieran dar el alta hospitaria al día siguiente de ingresar ante la falta de camas que tiene el CHOP.

En este casi seguro camino desandado, lo que son las cosas, cabe recordar también que a principios de siglo cuando comenzaba el gobierno de Lores, el BNG apostaba por construir un nuevo hospital y ofreció a la Xunta del PP de Fraga, 400.000 metros cuadrados para un nuevo centro sanitario ante el deterioro que sufría el Complejo Hospitalario. Aquella propuesta no fue aceptada por el conselleiro de Sanidade, Hernández Cochón, porque entonces el PP sí apostaba por Montecelo. Años después cambiaron las tornas, el bipartito PSOE-BNG porque ya estaba en marcha la mejora de Montecelo; y el PP porque seguía al visionario Telmo Martín. Echó mano del Plan Sectorial de Montecelo que dejaba claro que "someter un hospital en funcionamiento a obras internas de reforma a gran escala supone un tremendo esfuerzo logístico, e implica un elevado coste económico y temporal".

Con esto de que hoy lo veo todo blanco y mañana negro nos encontramos con una demora en mejoras sanitaria gracias a la incompetencia de todos ellos. Son los mismos políticos que nos hablan sin rubor del derecho que tenemos los ciudadanos a una buena sanidad pública.

Lo único claro es que hemos perdido diez años en debates estériles, que nos han dicho una mentira tras otra y que nos han dejado sin hospital nuevo y sin ampliación de Montecelo. ¿Genios o caraduras?

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