Y por segundo año el concello mantiene su campaña para regularizar la cantidad de palomas y gaviotas ya era preocupante hace unos meses. El control de las aves marinas se hace, básicamente, eliminando los huevos en los nidos que instalan en los tejados y balcones, y allí donde sus propietarios lo han solicitado, en muchos casos, amenazados por la presencia de estas aves que muestran su agresividad primero cagando (con perdón) sobre quien se asome a los balcones y ventanas y, si el bombardeo no da resultado, lanzándose sobre las personas en vuelo amenazante que "acongoja", y lo digo por experiencia. A las palomas las controlan con grandes jaulas en las que se meten y son recogidas y llevadas a su destino alternativo, no sé si final. Una de ellas está en el gran balcón del nuevo templo y hay quien protesta a su manera, sobre todo en las modernas redes sociales, poniendo a caldo cura, que acaba de llegar y seguramente ni está enterado del asunto. Algunas críticas muestran su descontento con razón, asegurando que las palomas atrapadas se quedan allí sin comer ni beber hasta que las retiran, lo cual es una crueldad. Es cierta esta apreciación si eso ocurre y habría que corregirla pero ello no quita que la campaña es muy positiva. Creo
