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Ánxel Vence.

Crónicas galantes

Ánxel Vence

Calles de quita y pon

Decidido a hacer una limpia de rótulos facciosos en sus calles, el concejo de Madrid encargó una lista que incluye a Salvador Dalí, Santiago Bernabéu, Manolete y Álvaro Cunqueiro entre más de 250 candidatos a la purga. Hay que ver la cantidad de inesperados restos del franquismo que quedan aún en la capital, cuarenta años después de la muerte del Innombrable.

Cierto es que la alcaldesa de la Villa y Corte se enteró de su propia decisión por los periódicos y, una vez avisada, no dudó en calificar de "disparate" la idea. Nadie la había informado, según parece, del encargo que su gobierno municipal y un tanto espeso hizo a una Cátedra de la Memoria Histórica, previo pago de 17.999 euros por la labor de expurgar el callejero.

La cátedra en cuestión se limitó a cumplir con la encomienda de tan extraño importe. Así es cómo elaboró una lista -más bien negra- en la que propone mandar a paseo a un expresidente del Real Madrid, al inventor del autogiro, a un pintor de renombre universal como Dalí y al escritor Álvaro Cunqueiro, por citar solo algunos. En el caso del torero Manolete es de suponer que pretendan mandarlo a hacer un paseíllo póstumo.

Tampoco es gran novedad en España esto de quitarle calles y cosas a la gente. A Cunqueiro ya le habían amargado en vida su investidura como doctor honoris causa -junto a Cela- en la Universidad de Santiago. Los dos literatos sufrieron la suelta de un par de gallinas en el paraninfo donde se celebraba el acto, boicoteado por razones parecidas a las que ahora invocan los concejales al mando en Madrid. Si acaso, los estudiantes, a diferencia de los regidores municipales, no cobraban por hacer el ganso.

El pretexto oficial que dan los nuevos inquisidores para castigar a Cunqueiro sin calle es que "se afilió a Falange". Difícil hacer un resumen más telegráfico de una vida. Otros podrían pensar que el de Mondoñedo fabuló minuciosamente sobre Simbad y Hamlet, que ideó palomas doradas capaces de hacer su nido en el viento o que nos dejó todo un catálogo de ángeles y animales de fantasía. Anécdotas, a fin de cuentas. Lo que importa es que se afilió a Falange en los convulsos tiempos de la posguerra. Y punto.

Tienen mucho peligro los gerifaltes de los ayuntamientos cuando se ponen a dar y quitar nombres a las calles o distinciones a no importa qué personalidad. Sobre esto advirtió en su día Albert Boadella, un cómico de los pocos que ejercían la rareza del antifranquismo en vida de Franco.

El dramaturgo catalán no dudó en protestar por la retirada de la condición de "persona non grata" que le había adjudicado el ayuntamiento de Calafell a su compañía Els Joglars. Les afeaba el dramaturgo catalán a los ediles su tendencia a cambiar de opinión según soplase el viento político, de tal modo que uno podía pasar de Hijo Predilecto a hijo de puta con un mero relevo de caras en el Consistorio.

Visto lo visto, bien harían los agraciados con una calle o un título municipal de honra en rechazarlo cortésmente, por lo que pueda pasar en el futuro. Así lo hizo un famoso pintor gallego cuando declinó el ofrecimiento de dar su nombre a una vía pública. "Te lo agradezco, alcalde, pero ¿no podrías darme un solar urbanizable en vez de una calle?", respondió a su sorprendido interlocutor. Quizá adivinase ya entonces que los solares, a diferencia de las calles, no son de quita y pon.

stylename="070_TXT_inf_01">anxelvence@gmail.com

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