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Santiago Lago Peñas.

Estabilidad política

La inestabilidad política que vivimos en España se está reflejando en indicadores como el Ibex-35 o la prima de riesgo. Y no para bien. Porque la economía española está hoy mejor que en 2012. Los riesgos de una intervención aparecen lejanos, el endeudamiento exterior se ha reducido, las tasas de crecimiento del PIB son elevadas, el paro cae y el déficit se va reduciendo. Además, hemos llevado adelante algunas (pocas) reformas estructurales.

El problema es que la intensidad de la crisis ha sido tal que estamos todavía a medio camino en la normalización de la coyuntura económica y la readaptación de las instituciones. Los desequilibrios siguen siendo muy sustanciales en déficit, paro, o endeudamiento exterior. Y el gobierno no se ha destacado por su afán reformista. Por eso necesitamos un plan ambicioso para los cuatro próximos años. Un plan que necesariamente debe ser consensuado, multifocal y reformista, liderado por alguien con vocación, decisión y entusiasmo. Porque cuesta encontrar ámbitos en los que podamos darnos por satisfechos: educación, pensiones, rentas sociales, sistema fiscal, financiación autonómica, burocracia?

No podemos perder el tiempo en maniobras de partidos e intereses de grupúsculos. Tampoco es el momento de andar discutiendo sobre giros sistémicos que nos hablan del cielo. Es el momento del ajuste continuo; de revisar todas las piezas del lego para reponer las que faltan, apretar otras, montar las que están todavía sueltas. Y lo mejor sería hacerlo entre muchos y lo antes posible. El tiempo transcurre.

*Director de GEN (Universidade de Vigo)

@SantiagoLagoP

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