El Hospital de O Salnés necesitaba un servicio de Urgencias digno para los pacientes y los profesionales. Parece que pronto, en mes y medio, se subsana esta carencia y se resuelve así una deuda histórica con las 60.000 cartillas asignadas al área, cuyos titulares, por fin, serán atendidos en unas instalaciones adecuadas cuando, por razones de enfermedad, necesitan del máximo confort y, sobre todo, respeto a su intimidad.

La nueva sala triplica la dimensión y por tanto va a disponer de un mayor número de boxes, más camas de observación, una unidad pediátrica y otros servicios complementarios. Por lo tanto, el personal adscrito se presume insuficiente a todas luces para responder al nuevo modelo.

A nadie le puede caber ninguna duda de que la zona infantil debe estar controlada por médicos y enfermeros especializados y distintos a los de adultos. Tampoco que el número de celadores va a tener que variar o que el personal de limpieza necesitará de más manos.

La Gerencia del Complejo Hospitalario debería darse cuenta de que todo ello es motivo de preocupación del personal, que desde hace meses quiere conocer a qué atenerse cuando tengan que hacer el traslado, seguramente después de Semana Santa Por ello, en estos momentos debería estar perfectamente determinado el "cronograma" del traslado y, por tanto, sería el momento de que se avance a los trabajadores el planteamiento para las fantásticas instalaciones que se están construyendo al lado del edificio matriz. Y es que este cambio lo tendrán que realizar los propios trabajadores. Seguro que los gerentes González y Arruty no moverán un palo.

Un año después del comienzo de las obras es hora de que el Sergas deje de concebir este edificio como un "secreto de Estado". El inmueble se construye gracias a todos los ciudadanos que religiosamente pagan impuestos y que se han ganado el derecho a conocer los servicios que les corresponden. No son propiedades privadas de las que solo algunos puedan presumir. Es increíble que la única respuesta de la Administración es: "Todo va según lo previsto". Llama la atención que los propios profesionales ni siquiera le hayan podido echar un vistazo al nuevo local. Que luego no se quejen.