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La clave de Pontevedra

Lalín,Cangas, Cambados,O Grove, Ribadumia, Vilagarcía, Tui, Moaña, Nigrán, Porriño... hasta 19 alcaldías perdió el PPdeG en Pontevedra hace nueve meses. La puntilla final fue ceder la Diputación, que gobernaba desde 1983.

Del shock de semejante varapalo no se recuperaron a día de hoy, y así se explica en el PPdeG la falta de olfato político que impidió ver venir la revuelta que la Lei de Acuicultura iba a provocar.

Un sector, el marinero, que el PP presumía uno de sus fortines, se levantaba en armas. El mensaje de malestar tardó en llegar y mucho a los despachos, donde mal y a rastras frenaron el proyecto legislativo. Pero los ánimos ya estaban caldeados.

EL episodio de la Lei de Acuicultura permite visualizar la importancia que Alberto Núñez Feijóoo concede a la designación del nuevo presidente provincial del PP de Pontevedra. Rafael Louzán se retira tras 16 años al frente y la elección de su relevo es crucial, tanto que el titular de la Xunta ha decidido colocar a su número dos en la Xunta y el PP gallego.

Feijóo sabe que no puede cometer un error con Pontevedra. Fue esta circunscripción la que en junio de 2005 arrebató aManuel Fraga la Xunta después de 16 años de Gobierno y cerró con una derrota la carrera del político de Vilalba.

Seguro que recordaba Feijóo el tropiezo de Fraga con Pontevedra cuando el jueves ante los periodistas confesaba la trascendencia del relevo en esta provincia. "Es clave para el futuro político de Galicia", admitía aunque luego rectificaba y puntualizaba que las cuatro provincias son importantes. Pero lo cierto es que las elecciones gallegas están a la vuelta de la esquina y Feijóo no quiere que el PPdeG vuelva a tropezar en la misma piedra.

El elegido para tomar las riendas del PP de Pontevedra y corregir su rumbo ha sido Alfonso Rueda, de 49 años, que fue jefe de gabinete de Jesús Palmou y director xeral de Administración Local, tam bién con Palmou.

Para una provincia "clave" se necesita un político clave y dirigentes del PP de Pontevedra ven al hoy vicepresidente de la Xunta y secretario xeral del PPdeG como el dirigente con "peso y autoridad" que necesita la demarcación. Y, sobre todo, que es lo más importante, así también lo ve Feijóo.

Los otros nombres de posibles candidatos que surgieron tras el anuncio de la retirada de Louzán eran solo plan B. Incluso el de José Manuel Cores Tourís, un hombre próximo a Louzán pero también de máxima confianza de Rueda, que le situó como delegado de la Xunta. Su candidatura intentaron impulsarla alcaldes, que sintiéndose huérfanos de la protección de Louzán, quisieron aupar a uno de los suyos ante el temor de que si no fuese Rueda el nuevo presidente, fuese alguien ajeno a su círculo y sus intereses.

La elección de Rueda trae consigo más cambios. Feijóo le quiere centrado en su labor orgánica en Pontevedra y que la compagine con la Vicepresidencia del Gobierno autonómico, pero lo descarta para repetir como secretario xeral en el congreso que el PPdeG celebrará en abril-mayo.

¿Quién será su sustituto en el cónclave que puede ser o no el de la sucesión de Manuel Fraga? Dirigentes afines a Rueda temen que su jefe de filas pierda posiciones y se vea sobrepasado por el nuevo número dos del PPdeG.

Si en verano que Rueda fuese presidente provincial se interpretaba como un claro refuerzo de su poder, ahora los mismos que celebraban esta opción ya no lo ven tan claro. ¿Ante una hipotética sucesión de Feijóo qué es mejor: ser presidente provincial y tener el poder de un territorio o ser secretario xeral? Hay divergencia de opiniones, pero un dirigente apunta: "Todo depende de a quién elija Feijóo para la Secretaría Xeral". La inquietud se acrecentaría si el ungido fuese Agustín Hernández. ¿Será el exconselleiro de Política Territorial y exregidor de Santiago y el otro gran hombre de confianza de Feijóo, con Rueda, el tapado de la sucesión si el líder del PPdeG decide no optar a un tercer mandato?

En Marea

El CIS de la semana que termina apunta la tendencia al alza de En Marea en Galicia. Un proyecto nuevo, mezcla de partidos y plataformas ciudadanas y amalgama de sensibilidades de izquierdas y nacionalistas, disputa al PSdeG el liderazgo de la oposición y el título de alternativa.

En Marea tiene ante sí una prueba de fuego. Los meses que restan de aquí a las elecciones gallegas debe buscar candidatura a la Xunta (¿será de nuevo Beiras?) y aplacar las tensiones que se advierten en su seno y que el éxito en las urnas no ha apaciguado, sino más bien al contrario. Primero fue el secretario xeral de Podemos en Galicia, Breogán Riobóo, el que apuntó la posibilidad de que el partido morado concurriese en solitario, aunque inmediatamente fue desautorizado por Pablo Iglesias, pero lo cierto es que no son pocos los que en Podemos piensan que debe ganar protagonismo en Galicia de cara a la reedición para las elecciones autonómicas.

Después alzaron la voz la veintena de mareas municipales que contribuyeron a llenar las urnas con más de 400.000 votos.

Complicadas y largas ya fueron largas las negociaciones para parir la candidatura de En Marea para el 20-D, ¿cómo serán las próximas, visto el panorama? Entonces Podemos cedió terreno ante la marca Marea porque venía tocado de las elecciones catalanas. Los comicios demostraron que en Marea fue un éxito, cambiar la denominación sería un error, pero ¿qué exigirá Podemos a Anova e IU si Pablo Iglesias es vicepresidente del Gobierno central y los sondeos le siguen posicionando como segunda fuerza a nivel estatal?

En Marea no logró grupo parlamentario propio. Una interpetación arbitraria del reglamento del Congreso se lo impidió. Lanzaron la promesa a sabiendas de su utopía, pero los electores no se lo tuvieron en cuenta. Se han diluido en el grupo parlamentario de Podemos. A diferencia de los socios valencianos, que se fueron al Mixto para marcar distancias ante la imposibilidad del grupo propio, los gallegos no quieren abrir esa brecha por la cercanía de las elecciones autonómicas, aun a riesgo de quedarse sin la foto de de Pedro Sánchez negociando con ellos su apoyo en Madrid.

La fórmula de En Marea repetirá para los comicios gallegos, pero sufrirá ajustes. Los socios de la coalición buscarán reforzar posiciones de cara a pillar más cacho en el reparto del éxito electoral . Ya lo hizo Ada Colau en Cataluña tras el 20D, cuando constató que era el referente que había aupado a En Comú-Podem a primera fuerza. ¿Cómo se saldará el pulso en Galicia?

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