Estos días se celebró el XC Aniversario del Colegio "San Narciso" que tuvo lugar en el 25 de enero de 1926, fundado a expensas del gran marinense don Narciso Orelo García, en el antiguo terreno del Campo de la Feria y el cementerio municipal, con varios actos. Sin embargo, entendemos que debió aprovecharse la ocasión para recordar y homenajear al benefactor de tan importante obra para la juventud marinense, porque sin él nada estaríamos celebrando.
Don Narciso Orelo fue un gran marinense que había nacido el 2 de mayo de 1815, que emigró a Argentina en compañía de su compañero don Narciso Nores del Viso en 1843, pero debido a la situación política tuvo que seguir hasta Chile, para regresar a la Argentina en 1852, estableciéndose en Córdoba y dedicándose al comercio en el sector de los curtidos y la talabartería, donde llegó a ser el establecimiento más importante del ramo. A su muerte dedicó las dos terceras partes de su fortuna a nuestra villa, financiando el colegio "Inmaculada", la construcción de la iglesia nueva que se derribó antes de su inauguración y el Colegio "San Luis Gonzaga", que una vez cerrado dio lugar al "San Narciso", para que los jóvenes marinenses que no tuvieran medios pudieran estudiar gratuitamente.
Por eso este noventa aniversario debió servir para recordar y homenajear a tan distinguido y amante marinense, ya que sin su generosidad no hubiera existido el colegio "San Narciso", y que por amor a su villa natal dedicó su fortuna a favorecer la enseñanza y con ello desarrollo de los marinenses. Otra cosa fue la congregación que se encargó de llevar la dirección del centro, que fue la de San Francisco de Paul, circunstancia que no debería desvirtuar a la persona que lo hizo posible, pues así como vinieron loa Paules, pudieron ser los Salesianos, los Maristas, o cualesquiera otra dedicada a la enseñanza.
Otra cosa fue como se cumplió lo mandado en el testamento de don Narciso Orelo, en cuanto a su finalidad del centro que patrocinó, dedicando gran parte de su fortuna y que había dejado todas las decisiones en manos de su amigo don Narciso Nores, también marinense y gran colaborador de todas las obras juntamente con los marinenses emigrantes en Argentina.
Por lo que entendemos que esta celebración debió de tener como figura principal la de don Narciso Orelo, pues a él es a quién hay que agradecérselo, por sus desvelos por su villa natal y sus paisanos. Lo otro es meramente coyuntural y en nada modifica el ejemplo de amor hacia Marín y los marinenses que demostró, por eso sirvan estas modestas líneas, al menos, como homenaje de gratitud y recuerdo al prócer marinense por su compromiso con su tierra.
