Asomarse a los balcones políticos es un tremendo desafío. Las cocinas están que arden en todas las sedes pues ningún partido se ha salvado de las convulsiones. Lo único que está claro es que en octubre de 2016 habrá elecciones autonómicas pero a día de hoy nadie descarta que se vuelvan a convocar las generales en mayo si no hay pacto de investidura. De ahí los nervios y las componendas.
Así en O Salnés ya empiezan a producirse movimientos que aunque no parecen desesperados ya provocan expectativas que pueden cumplirse o no.
El abandono de Louzán de la presidencia provincial ha dejado al PP con un pie cambiado, pues ya solo quedan nueve días para elegir al nuevo responsable de la formación de la gaviota. Y la comarca no querría perder la fuerza que tuvo en los últimos 15 o 16 años. Menos mal que todavía queda Luis Serantes para mover algunos hilos en Pontevedra, pues Marta Rodríguez sigue enrocada en su flamante puesto de vicepresidenta del Parlamento y ni siquiera se le escucha "esta boca es mía".
Pero si mal lo pasan en el PP tampoco parece muy claro el futuro de los socialistas pues todavía sigue larvada la crispación de algunos veteranos críticos por determinados comportamientos anteriores a las elecciones generales. El "bicho" podría despertar antes de mayo.
Luego EU se queda sin sus referentes en Vilagarcía tras el abandono de Fajardo. Y qué decir de un BNG que sufrió el peor varapalo de la historia comarcal el pasado 20-D. Entretanto los círculos siguen sin encontrar su cuadratura. Menudo panorama.
