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Síntoma del estrés

El estrés es una enfermedad tan grave, que tiene un potencial muy destructivo para la persona y su entorno vital, de pareja, familiar y laboral. Puede afirmarse según las investigaciones, que deteriora la salud y produce múltiples enfermedades. Entre los síntomas, que son muy variados y abundantes, pueden presentarse dolores de cabeza, migrañas; enfermedades digestivas como gastritis, dispepsia, úlceras, estreñimiento, colitis ulcerosa. O la presencia de mareos, vómitos, dolor y tensión muscular en muchas partes del cuerpo, espalda, hombros, cuello. Caídas, lesiones, accidentes. Taquicardias, disminución de las defensas, alteración de los procesos metabólicos y hormonales.

El estrés a su vez agudiza y desarrolla enfermedades de piel como la alopecia nerviosa, psoriasis, eczemas, dermatitis atópica, sequedad en las mucosas. Agrava y empeora las enfermedades crónicas, como las de riñón, la diabetes, el cáncer, y así sucesivamente en todo el organismo. Por ello es conveniente que al identificar los primeros indicios, se actúe sin dilación. Otros síntomas frecuentes son, insomnio, inseguridad, temores múltiples e incluso llegar a tener pensamientos de suicidio. Dificultades para prestar atención y concentrarse, para entender, para reaccionar, disminución del rendimiento laboral.

A veces el enfermo puede sentir preocupación constante, llorar sin motivo, tristeza, angustia y frustración generalizada. Con frecuencia ocurre que de algunos la persona sea más consciente y otros estén solapados. Los principales peligros del estrés son que las personas que se hallan inmersas en esa enfermedad, tienen un alto grado de dificultad para tomar decisiones, la vida les arrastra, y les es imposible cambiar su vida.

Necesitan terapia psicológica para que les ayude a ser conscientes de su enfermedad y así poder sanar. Cuando se tiene falta de seguridad y de confianza, deterioro de la autoimagen, problemas en el autoconcepto, desmotivación generalizada, depresión, cansancio crónico y/o agotamiento, es difícil saber por dónde empezar. Y lo mismo ocurre en presencia de estados de confusión, problemas de memoria a corto y largo plazo, dificultades en el habla o vulnerabilidad para llegar a desarrollar trastornos mentales graves.

Con el estrés es frecuente que se sufra el síndrome de "estar quemado", en consecuencia, abandono de metas y objetivos. Y cuando ha transcurrido un tiempo prolongado, y escasea la calidad de vida, conviene tener en cuenta que su daño no afecta exclusivamente a la persona que lo sufre, sino que repercute en todas las situaciones de su vida. Y suele ocurrir que la gente tiene su pareja y/o familia, sus amigos, su trabajo, su grupo de vecinos, y es ahí donde además puede estar a veces complicándose todo aún más con su estrés, como sucede en la relación de pareja, con trastornos sexuales, conflictos, separaciones y divorcios. Además, interferencias en las relaciones con los hijos y problemas con la familia. Dificultades en las relaciones de amistad y en la interacción laboral, creando problemas con los compañeros, jefes, subalternos y con otras empresas relacionadas.

Pueden generarse conflictos con el vecindario, y su grupo social cercano, incluso con el centro educativo de sus hijos. También problemas económicos generados por la toma de decisiones erróneas y sin horizontes ya que pueden ser víctimas de estafas, multas y sanciones de toda índole. Y en general todo tipo de complicaciones desde lo personal, cercano e íntimo, hasta lo laboral y social. Por todo ello, la enfermedad del estrés es una de las más graves, ya que produce ceguera en la consciencia y el sujeto que lo sufre ni se da cuenta, solo en parte, sin llegar a entender la amplitud del proceso destructivo en el que se halla, y sobre todo por la imposibilidad de tomar decisiones para solucionar y curarse.

(*) Psicóloga

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