La calidad del aire de Pontevedra es la mejor de las ciudades costeras de Galicia. Así se demuestra año tras año al contrastar los datos de la red de cabinas de control de la calidad del aire. Pontevedra es de las pocas ciudades gallegas cuya calidad del aire mejora todos los días del año los indicadores que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y, de hecho, de esta calidad del aire presume en primer lugar el Concello de Pontevedra. No parece muy compatible esta idea con la que se blande cuando resulta políticamente conveniente para tratar de afianzar, o adquirir, fidelidades y votos: que la actividad de Ence estropea el aire que respiramos. No podemos tener la mejor calidad del aire y la peor al mismo tiempo. Y los datos son claros: tenemos la mejor.

En la Ría persiste un problema asociado a la contaminación por bacterias coliformes fecales. No lo dice Ence. Lo dice la Comisión Europea, que en 2014 amenazó al Estado con hacerle pagar una indemnización millonaria si no resolvía este asunto. Lo saben, claro, los colectivos de mariscadoras: la contaminación por fecales afecta a su trabajo e impacta directamente a sus ingresos. O lo que es lo mismo: si se corrigiese de inmediato, cientos de mariscadoras mejorarían sus ingresos cada mes. A los que claman contra Ence, parecen importarle tan poco las mariscadoras como cerca de 1.000 familias que de una u otra manera se ganan la vida alrededor de Ence en Pontevedra.

En Ence tenemos otras propuestas. La primera es seguir mejorando. Y nos avala el hecho de que la mayor parte de la ciudadanía reconozca la mejora ambiental acometida en los últimos años. También tenemos urgencias: sabemos que el impacto paisajístico de nuestra fábrica no es el adecuado. De ahí que hayamos previsto una inversión de más de 4 millones de euros en una reforma arquitectónica dirigida a corregir este problema. Como es sabido, sólo supone una parte de los 61 millones de euros en inversiones también en materia de competitividad y mejora ambiental que queremos y necesitamos ejecutar cuanto antes.

Frente a los que no creen en Pontevedra, creemos en Pontevedra. Frente a quienes no creen que desde Pontevedra se puede generar un ejemplo mundial de industria verde, sólo podemos decir algo: sí que podemos hacerlo.

La ciudad sueca de Växjö, rodeada de lagos, produce su energía térmica con biomasa y alberga una fábrica comparable a la de Ence. Allí se autodenominan "la ciudad más verde Europa".

Saben conciliar la sostenibilidad económica con la sostenibilidad ambiental. ¿Quién dice que en Pontevedra no se puede hacer algo así?

Estamos a tiempo de sumar esfuerzos. De escucharnos. De colaborar.

En los últimos días hemos escuchado palabras impropias de líderes políticos al referirse a Ence y a sus trabajadores. Y todo un catálogo de mentiras solo comprensible desde la óptica de la creación de facciones y de la desestructuración social. No es de recibo. Y mucho menos lo es engañar a la ciudadanía. Y mientras en Pontevedra se le miente a la ciudadanía sobre Ence, la Comision Europea premia la trayectoria ambiental de la fábrica. ¿Comprensible? Por cierto: el mismo día que recibimos la confirmación de la prórroga, una información periodística calificaba de excelente la calidad de las aguas del 80% de las playas de la Ría para el baño.

Con la seguridad jurídica que ya nos otorga la prórroga de la concesión, al fin podemos impulsar los planes de mejora que tanto anhelamos. Pontevedra se merece un futuro en el que la emigración no sea el pan nuestro de cada día. Y Ence quiere poner su granito de arena. Estamos convencidos de que más pronto que tarde podremos abordar todo esto, con colectivos sociales y administraciones públicas, desde el diálogo y la búsqueda del bien común. Sin que nadie busque réditos políticos. Por el bien común.

*Director del Centro de Operaciones de Ence en Pontevedra.