El objetivo del programa "Muller tiñas que ser" se ha conseguido con creces en el colegio Arealonga ya que los alumnos tendrán difícil olvidar las dificultades que han tenido que superar las protagonistas invitadas.
Purita Costa, de 96 años, demostró que con ilusión y tesón se puede conseguir cualquier propósito, a pesar de las trabas familiares, educativas o políticas que se le plantearon cuando decidió estudiar Música y dedicarse profesionalmente a ella.
También los casos de Teresa Sanz o Marisa Redondo cautivaron a los alumnos que quedaron atónitos cuando explicaron que sin medidas de conciliación laboral la primera fue capaz de atender su escuela y a sus ocho hijos mientras la segunda todavía encontraba tiempo libre a pintar y a exponer sus obras hasta alcanzar el éxito profesional.
Dicho esto pudiera parecer que se trata de presentar a estas tres mujeres como heroínas. Nada más lejos de la realidad pues quedó claro que como ellas son cientos las mujeres que tienen que salvar cuantas dificultades se presenten para resistir.
Son tres historias tan ordinarias como las de esas 30 mujeres que en A Illa han recibido el certificado del curso de cuidadoras de grandes dependientes. Y ahí está su otro valor porque ellas, además de tener que cumplir con sus expectativas profesionales, se ven en la necesidad de ocuparse de los grandes problemas de la vida. ¿Qué sería de los grandes dependientes si no hubiera al lado una mujer? La respuesta se vio en el curso celebrado en A Illa. Ni un solo hombre se dio por enterado.
