La lógica se impone siempre, o así debería ser. En el caso que nos ocupa, han pesado más las ideas que los ideales, siempre respetables. La razón ha inclinado la balanza: se aseguran puestos de trabajo, se apuesta por la re industrialización de una comarca acosada por la pérdida de tejido fabril y, muy importante, se lava la imagen de un pueblo que parecía querer ser solo una comunidad que vivía del sector servicios.
Dando ya por conocidas las enormes ventajas que la permanencia de Ence supone para nuestra zona, es esencial resaltar el "efecto llamada" que esta noticia puede causar -y causará-.
En primer lugar, en la propia pastera, que seguro ya verá con mejores ojos la implantación de la planta de biomasa en nuestra ciudad (más dinero, mas trabajo). Y después, esencial, es que Pontevedra dejará de ser foco de atención por ser una de las únicas ciudades de nuestro país que rechazaba la permanencia de la industria que más riqueza económica creaba en su entorno. Seamos francos; la confianza empresarial en Pontevedra deja mucho que desear.
Desde nuestra Plataforma defendemos la implantación de cualquier industria que se quiera establecer en nuestra comarca; pero esto no significa "carta blanca" para nadie. Las reglas de juego han de ser iguales para todos, y estaremos muy atentos a que se respeten.
Ence ha de cumplir sus compromisos, económicos y medioambientales, como hoy en día lo esta haciendo (lo dice la UE).
Y nosotros estaremos atentos a cualquier desviación de este camino, porque también, créannos, queremos una ciudad objeto del deseo turístico, pesquero e industrial.
*Portavoz de la Plataforma pro Industria de Pontevedra
