Cuando un partido político aspira a asaltar el cielo, en expresión de su líder, y esgrime como su mejor arma la blancura más inmaculada de su gente, cualquier mota de polvo en el traje, por pequeña que sea, se convierte en una de esas manchas de las que es imposible apartar la vista. Algo así le sucede a veces a Podemos, y así le sucedió ayer en Vilagarcía.
El partido "morado" anunció a través de un comunicado la presencia en Vilaxoán de su secretario general gallego, Breogán Riobóo, para reunirse con miembros de la formación en O Salnés. Un encuentro de interés público habida cuenta de la situación del partido tanto a nivel estatal, con La Moncloa a tiro de piedra, como en Galicia, con sus recientes "purgas" o "cambios".
Pero no todo fue transparencia, y mucho menos paredes de cristal. Y es que el servicio de prensa de Podemos, que horas antes había remitido el comunicado anunciando el encuentro comarcal con Riobóo, no solo se negó a facilitar dato alguna de la reunión sino que incluso impidió con malas formas la toma de fotografías del acto, que se celebraba en un local propiedad del Concello, y que gestiona una asociación de vecinos.
Malos modos, que en absoluto describen a la gente que integra esta joven candidatura ciudadana que aspira a desterrar los vicios de la "casta" y la "vieja política". De hecho, esa actitud fue duramente contestada por otros asistentes a la reunión. Detalles feos así los hay en todos los partidos, pero es evidente que si en un rebaño de ovejas blancas hay una negra es ésta la que se lleva todas las miradas.
