La ausencia de O Grove en Fitur es un enorme error de cálculo de Cacabelos. Lo criticaba el PP pero también es un clamor en los sectores hosteleros y del comercio en la localidad.
Gobernar a través del berrinche hace flaco favor a un pueblo. A veces es necesario ser condescendiente y guardarse el orgullo en beneficio de los demás. Y los demás no son otros que unos vecinos que además de la pesca viven sobre todo del turismo.
Baste un dato. En O Grove hay 83 establecimientos turísticos, uno de cinco estrellas en A Toxa -que empieza a tener problemas económicos y quiere cerrar seis meses al año-, por lo que necesitan todo el apoyo.
Con no haber ido a Fitur solo se obtiene una satisfacción ególatra. Puro narcisismo del alcalde y su grupo de gobierno porque el video de cinco minutos que podrían proyectar no había sido encargado por este gobierno. Lo único que ha conseguido Cacabelos es que en Madrid no se haya hablado de O Grove ni siquiera un minuto. Y sí de Vilagarcía, de Cambados, Vilanova...
Pero es que además se ha desaprovechado una oportunidad de volver a hablar, de recordar en suma, las excelencias de O Grove, una localidad que en verano quintuplica su población gracias al atractivo de sus playas, a su excelente gastronomía, a sus espectaculares hoteles, a su simpar paisaje.
Dejar pasar esta oportunidad puede restar clientela este año. Y no está el horno para cocinar bollos.
