Los trabajadores de PSA deben alucinar con la postura de esta Marea. Sin un cambio en la ley, el crecimiento de la fábrica automovilística quedaría cercenado para siempre poniendo en riesgo no solo los puestos de trabajos actuales sino los que se crearían con la llegada de nuevos modelos. Parecen motivos suficientes para que en aras del interés general cualquier partido se sintiera obligado a consensuar una propuesta que evitara ese fatal escenario. Pues no. Así lo entienden todos, salvo uno, os do non. Estos actúan como si les importarse bien poco lo que se juega la ciudad de seguir maniatada por un PXOM tumbado por los tribunales (además de la ampliación de Balaídos, la estación de Thom Mayne y la intermodal y la Ciudad de Justicia). Porque lejos de facilitar una solución, una vía que permita esquivar el bloqueo de forma rápida, definitiva y con garantías jurídicas, formulan alternativas redundantes, tan estéticas como inviables que cuando menos dilatarían la paralización de estos proyectos. Y como quieren seguir mareando, sus tres rivales, ahora aliados, están llamados a demostrarles que ni son tan guays ni tan importantes.