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Pedro de Silva

Inquietante David

La música al final es una vibración, y el carisma de David Bowie venía tal vez de que su propio personaje también vibraba. Bowie tañó ese personaje como un instrumento, sacando de él una gama de vibraciones, como el de su propia y supuesta bisexualidad. Puesto que la música, o el personaje tañido, es también una forma de comunicación, para hacer ésta posible debe emitir en la frecuencia de un tiempo, dando cuenta del estado del aire. En ese sentido, Bowie representó como nadie la imagen del varón difuminado o desleído en ordenes diversos, incluido desde luego el de la sexualidad, que sería correlativo a la emergencia de la mujer que reocupa su espacio. Por ello quizás fuera más venerado por las mujeres que por los hombres, o en estos lo sería secretamente. Su música fue cambiando también con el tiempo, pero siempre ha habido en ella una cualidad inquietante (la vibración otra vez).

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